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Un medicamento vasodilatador se vende sin control sanitario en droguerías y peluquerías

El minoxidil, un vasodilatador indicado como hipotensor y que se ha demostrado efectivo contra la calvicie, lo que ha popularizado su consumo, se vende en droguerías y peluquerías como si fuese un cosmético, según una denuncia presentada por la compañía Upjohn en el Ministerio de Sanidad. Según un portavoz de esa compañía, "es inadmisible que una especialidad farmacéutica sea manipulada por canales diferentes a los sanitarios, con la consiguiente desprotección al consumidor".

Como prueba de su denuncia han presentado un envase de minoxidil preparado por la empresa de reactivos Probus, radicada en Badalona (Barcelona) y adquirido en el almacén de drogas y productos químicos Manuel Riesgo, de Madrid. Esta droguería, además, ha insertado varios anuncios en la Prensa comunicando la venta del medicamento. Ésta es, según fuentes de la compañía Upjohn, "la gota que colma el vaso, porque llevamos dos años denunciando situaciones similares tanto ante el Ministerio de Sanidad como en el Instituto de Consumo". Fuentes de la Dirección General de Farmacia han manifestado que, efectivamente, el minoxidil no puede venderse en droguerías y, puntualizan: el "control e inspección de lo que ocurre en estos establecimientos no nos corresponde a nosotros. Tal y como está registrado el producto sólo puede comercializarse a través de establecimientos farmacéuticos y, en el caso de que el médico prescriba una concentración distinta a las comercializadas, la preparación debe realizarla una persona que tenga el título de farmacéutico".

El minoxidil es un producto de vida comercial azarosa. Nacido como un medicamento hipotensor, presentaba en algunos pacientes un efecto secundario que llamó la atención de los investigadores: les crecía el pelo. Tras realizar un estudio con 6.000 pacientes en el que se comprobó la nueva acción terapéutica del producto, se inscribió en julio de 1987 en el registro de especialidades farmacéuticas como un medicamento indicado para el tratamiento de la alopecia androgénica (calvicie). Actualmente el minoxidil se dispensa en las farmacias con receta médica en dos presentaciones: en comprimidos como hipotensor y en solución tópica al 2% como crecepelo.

Interés comercial

La inexistencia de un medicamento realmente efectivo contra la alopecia disparó las expectativas sobre este producto considerándolo fundamentalmente como un crecepelo. En este contexto se ha producido una oferta del producto en convenciones de peluquería, mostradores de farmacia y droguerías con una imagen confusa en la que raramente se hace referencia a que se trata de un producto clasificado como especialidad farmacéutica y sujeto, por tanto, a la normativa y vigilancia que rige sobre todos los fármacos.

"La única concentración que está investigada clínicamente es la del 2%, y no todas la fórmulas magistrales que se hacen respe tan ese nivel. En ocasiones, además, realizan mezclas con otros productos cuando para ello hay que hacer estudios de estabilidad para demostrar que no se degrada la sustancia resultante o que no hay una interacción entre los nuevos productos. En una ocasión nos llamaron desde una farmacia alarmados porque un médico había recetado al paciente una ampolla de dos gramos de minoxidil para que él mismo se lo preparase en casa. Es decir, se trata a este producto como si fuese lactosa o almidón, olvidando que la gente desconoce riesgos como que el producto no se puede chupar. El minoxidil es un principio activo tópico, produce una vasodilatación del folículo piloso; hay, por ello, una absorción del producto a nivel capilar. No se debe olvidar tampoco que, ingerido, es un hipotensor", afirman en la compañía Upjohn.

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