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Anulada la sanción a un restaurante por no haber protestado a tiempo los clientes

El Tribunal Supremo ha anulado la sanción impuesta a los propietarios del restaurante La Dorada, denunciados por unos clientes que consideraron excesivo el precio de 6.950 pesetas de 1984, que les fue cobrado por unas entradas que comieron por sugerencia del maitre. El alto tribunal estima que el hecho de que los comensales consumieran sin protestar lo que se les ofreció, elimina toda posibilidad de sanción.El origen de esta sentencia fue una comida en uno de los locales de La Dorada. Los clientes miraron la carta y pidieron una lubina a la sal, momento en el que el maitre les sugirió que podían empezar con unas entradas, consistentes en pescaíto frito y coquinas. Aceptado el ofrecimiento, los camareros llevaron a la mesa diversas raciones, entre ellas 600 gramos de cigalas, hasta alcanzar las 6.950 pesetas. Los comensales consumieron las entradas y renunciaron a la lubina.

Denunciado el hecho, la Administración sancionó al restaurante con 15.000 pesetas por abuso de confianza". Los propietarios de La Dorada recurrieron la sanción y tanto la Audiencia Nacional como la Sala Tercera de lo Contencioso-administrativo han estimado que no procede la sanción. El Supremo señala que la omisión en la carta de las raciones que algunos restaurantes acostumbran a servir como entrada puede ser sancionado, pero no cuando se consumen y se pagan sin rechistar.

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