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Un particular derriba con una excavadora los restos de una iglesia del siglo X en Cadalso de los Vidrios

Juan Antonio Carbajo

JUAN ANTONIO CARBAJO, Una pala mecánica acabó en unos minutos con 10 siglos de historia de Cadalso de los Vidrios, un municipio de 2.000 habitantes situado en la punta suroeste de la provincia. En cuatro o seis viajes bien tirados, como dijo un concejal de la localidad, se vino abajo lo que quedaba de una iglesia fechada en el siglo X y que alberga gran número de enterramientos de su etapa como cementerio, según la Asociación Cultural Don Luis de Borbón. Al propietario de la finca, Alberto Román Abad, se le concedió permiso para desescombrar y limpiar su propiedad, donde se encontraban las ruinas, pero se excedió.

Los restos de los muros y un arco mudéjar, una vez derribados, se utilizaron para cimientos de una urbanización que se construye en el casco urbano, según la asociación cultural.La desaparición de las ruinas de la primitiva mezquita generó en el municipio una gran polémica. El asunto se debatió en pleno a finales del mes de enero y en él se plantearon varias preguntas: ¿cómo se pueden construir viviendas alrededor de un cementerio, tal y como está previsto en las normas subsidiarias del municipio? ¿Por qué no se vigilaron las obras de desescombro cuando estaban valoradas en un millón de pesetas? ¿No era una canti dad excesiva sólo para limpiar un terreno? ¿Por qué se tarda ron cuatro días en parar las obras?

Según el alcalde de Cadalso de los Vidrios, el centrista Valentín Frontelo, el Ayuntamiento actuó correctamente concediendo una licencia de obra menor para limpieza y desescombro de la finca. "Nadie podría imaginarse que fuera a derribar los muros y el arco", afirma el alcalde. El servicio de inspección urbanística de la Comunidad refuerza esta opinión. "El Ayuntamiento nunca autorizó la demolición sino la limpieza de la finca. El solicitante se excedió".

Junto a la iglesia se encuentran un olivar centenario, un palacio del siglo XVI y un es tanque de la misma época. El Ayuntamiento, que está a la espera de recibir información de la Comunidad de Madrid para obrar en consecuencia contra el infractor, ha decidido proponerle la compra de sus 4.000 metros cuadrados para impedir nuevos atropellos.

Desinterés

Según Frontelo, ha habido bastante desinterés por la situación de los edificios históricos. "Cuando llegué a la alcaldía me encontré con que el catálogo de protección estaba paralizado". El alcalde entiende que la mejor forma de preservar estas construcciones es comprándolas.

Las ruinas derruidas, aunque no tenían ninguna clase de protección, estaban preservadas por la propia ley del Suelo, según la Comunidad de Madrid, ya que habría que haber tenido una licencia especial para poder derribar la iglesia. Según el alcalde, el informe del arquitecto municipal era favorable para conceder la licencia. "Además, yo contaba con la buena fe del propietario", explica. El pasado 9 de enero se produjo el derribo, según la Asociación Don Luis de Borbón. El 18 de enero la Comunidad inspeccionó la zona y al día siguiente el Ayuntamiento ordenó la paralización de las obras.

Los restos de la iglesia, a pesar de haber servido como campo de trabajo para la Comunidad de Madrid, se encontraban abandonados. El paraje servía de escombrera y urinario. "Nos acordamos cuando atruena, como dice el refrán, pero no nos hemos acordado nunca cuando ha estado hecho un basurero", explicaba en el pleno el portavoz del Partido Popular.

La primitiva mezquita, construida entre los años 950 y 1012, se transformó en iglesia tras la reconquista de Cadalso, llevada a cabo por Alfonso VI. La iglesia se fue llenando de enterramientos. En 1850 se abandonó por completo.

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