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Bush se adelanta a la 'cumbre' chino-soviética

BOSCO ESTERUELAS ENVIADO ESPECIAL El presidente norteamericano, George Bush, llegó ayer a Pekín en una visita de apenas 40 horas, escasa posiblemente en resultados espectaculares, pero cargada de significación política y de recuerdos. George Bush fue el primer jefe de la oficina de representación de Estados Unidos en China, en 1974, antes del establecimiento de relaciones plenas, en 1979. Bush ha querido con este viaje adelantarse tres meses a la cumbre chino-soviética del próximo mayo para resaltar de este modo la estrecha amistad estadounidense con China y elogiar el proceso de reformas políticas y económicas impulsado por el dirigente chino, Deng Xiaoping, con quien hoy mantendrá un encuentro de una hora, previo a un almuerzo.

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El presidente norteamericano hizo ayer un cálido elogio a los avances experimentados por la sociedad china en los últimos 10 años, gracias al programa de modernización emprendido por Deng, el veterano político de 84 años y actual hombre fuerte de China."La primera vez que vine aquí fue en 1974 y me marché en 1975. Desde entonces, incluida esta visita, he regresado cinco veces y cada vez que lo hago me siento fascinado por el cambio dinámico y el crecimiento que se ha vivido", manifestó anoche George Bush en la cena de gala ofrecida por el presidente chino, Yang Shangkun, en la gran sala del pueblo. Yang agradeció la visita del presidente norteamericano, que demuestra, dijo, la importancia que la nueva Administración republicana, nacida con la victoria de George Bush en las pasadas elecciones norteamericanas, desea dar a China y el interés en contribuir a su estabilidad política.Bush y su esposa, Barbara, llegaron a la capital china a primera hora de la tarde procedentes de Tokio, donde el día anterior habían asistido a los funerales del emperador Hirohito. Desde el aeropuerto fueron trasladados a una de las residencias oficiales que el Gobierno chino tiene para los invitados procedentes de países extranjeros.

Relaciones comerciales

En la agenda del presidente norteamericano figuran, entre otras cuestiones, las relaciones comerciales entre ambos países, el problema de Taiwan -abordado ayer de una manera poco profunda-, la transferencia de tecnología norteamericana a China, la situación en el Tíbet y el deterioro de los derechos humanos en esa región autónoma y en otras del mismo país, y las perspectivas que se abren con el inicio de las relaciones entre China y la Unión Soviética, después de una ruptura que ha durado ya 30 años.

Bush, poco antes de partir hacia Pekín, manifestó en conferencia de prensa celebrada en la Embajada norteamericana en Tokio que no hay ningún problema con la visita del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, a China a mediados del próximo mes de mayo. "Dije esto a Gorbachov antes de ser presidente. La visita es una buena cosa y no va en detrimento de los intereses de Estados Unidos".

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Ayer, una vez ya en Pekín, George Bush declaró que las perspectivas de mejora entre las dos grandes potencias socialistas abren la esperanza de poder alcanzar una pronta solución a los problemas de Camboya y Corea. El presidente norteamericano se entrevistará hoy con el principe Norodon Sihanuk, líder de la coalición que representa a las tres fuerzas de la resistencia camboyana al Gobierno provietnamita.

Los analistas creen que el deshielo entre Moscú y Pekín no repercutirá negativamente en las relaciones privilegiadas que hasta ahora ha sabido disfrutar Washington con China desde aquella visita histórica realizada en febrero de 1972 por el entonces presidente norteamericano Richard Nixon. Entre otras razones, apuntan, por el hecho de que el mundo ha entrado ahora en una nueva fase en la que los tres gigantes necesitan mantener simultáneamente buenas relaciones entre sí, y porque Washington no puede jugar la carta china o la carta soviética como lo hicíera antes.

Alta tecnología

Además, hoy en día, los avances económicos priman más que el reforzamiento militar de una nación. China estima que es vital mantener estrechas relaciones con EE UU, pues es de este país del que depende para obtener alta tecnología que necesita si quiere llevar a fondo su programa de modernización. EE UU es el tercer socio comercial de los chinos después de Hong Kong y Japón. En sólo 15 años, el volumer de comercio entre nortearricricanos y chinos ha pasado de 900 millones de dólares a casi 14.000 millones.

De todos modos, hay cuestiones que pueden ensombrecer en estos momentos el desarrollo de las -relaciones chino-norteamericanas. La primera, por encima de todas las demás, es la irritación que causa en la Administración norteamericana el que China vende misiles a varios países de Oriente Próximo. Por ejemplo, la sospecha de que puede estar facilita:ido a la Libia del coronel Muammar el Gaddafi material para construir misiles guiados.

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