Moscú gana iniciativa diplomática en Oriente Próximo
La Unión Soviética ha recuperado su papel diplomático en Oriente Próximo. En un intervalo de escasas horas, el ministro soviético de Exteriores, Edvard Shevardnadze, se entrevistó ayer en El Cairo con su homólogo israelí, Moshe Arens, un hecho sin precedentes desde hace 20 años, y posteriormente con el dirigente palestino Yasir Arafat. "El encuentro de Arens y Shevardnadze constituye una etapa importante en la mejora progresiva de las relaciones entre la URSS e Israel", comentó una fuente gubernamental israelí.
"El hecho de que la entrevista durase tres horas indica que ambos ministros han realizado un amplio examen de muchos temas. Su intercambio de puntos de vista no ha sido solamente franco y, constructivo -lo que quiere decir en el lenguaje diplomático que aún permanecen serias divergencias-, sino un esfuerzo real del ministro soviético por comprender los puntos de vista israelíes, y viceversa", añade la fuente.No cabe duda de que Moscú y Jerusalén están en desacuerdo tanto sobre el papel que deba desempeñar la OLP en una negociación como acerca de la conferencia internacional de paz. Sin embargo, hay algo nuevo: la URSS tiene en cuenta con seriedad las recientes propuestas de Shamir de emprender negociaciones de paz con los países árabes, incluida una delegación jordano-palestina, bajo el patrocinio de las dos superpotencias. El Kremlin desea conocer si Israel quiere verdaderamente que la URSS desempeñe un papel igual al de Estados Unidos o si se trata de una simple maniobra para sabotear la conferencia de paz.
Hasta ahora, Moscú ha soslayado la condena de la iniciativa de Shamir. En su entrevista de El Cairo, Shevardnadze ha preguntado a Arens sobre este punto y habrá intentado convencerle de que no hay mucha distancia entre una miniconferencia como la que desea Shamir y la conferencia internacional preconizada por Moscú y Europa occidental.
Compatibilizar iniciativas
El corresponsal de este diario pudo saber que Moscú se esfuerza en vender la idea de Shamir a los países árabes, como si se tratase de una conferencia exploratoria antes de conseguir una conferencia internacional de paz formal.
De acuerdo con esto, la URSS y EEUU participarían en la miniconferencia propuesta por Shamir, donde tendría lugar una suerte de prenegociación para allanar el camino con el propósito de reunir la conferencia internacional. Una prueba de que se pretende mantener viva esta idea es el hecho de que Shevardnadze y Arens decidieron que expertos de ambos países se reúnan en breve en Moscú para preparar la siguiente entrevista de los dos ministros. Shevardnadze informó a Arens de su reciente conversación con el presidente sirio, Hafez el Asad, y con el rey Hussein e informaría al propio Arafat sobre su reunión con el ministro israelí.
Washington no parece muy feliz de este retorno soviético al primer plano político en Oriente Próximo. Los norteamericanos tienen a gala su papel de mediador exclusivo, con buenas relaciones tanto con Israel como con países árabes. Mientras la URSS mantuvo relaciones exclusivas con Siria y Libia, pero boicoteados por Animan, El Cairo y, naturalmente, por Jerusalén, EE UU tenía todas las cartas en la mano. Hoy el ministro soviético ha sido recibido con gran boato en Egipto, después de 17 años. Shevardnadze se entrevistó sin tapujo alguno con Arens y Arafat en suelo egipcio y aspira a continuar "su papel de niediador".
El presidente Bush calificó esta gira diplomática soviética como "una buena cosa", pero añadió que la URSS debe desempeñar "un papel lirnitado" en el proceso de paz árabe-israelí, pero no explicó el porqué.
Al finalizar su entrevista con Shevardnadze, Arens declaró en una conferencia de prensa que "Israel es uno de los elementos más importantes en el proceso de paz", para reafirmar que "las negociaciones directas" entre Israel y todos los países de la región "son el camino evidente para llegar a un acuerdo", pero no excluyó que otras naciones que no participan directamente en el conflicto "puedan contribuir al proceso de paz y apoyen los esfuerzos que se hagan en tal sentido". De todos modos, Arens rechazó, como solicitó Shevardnadze, que el Estado de Israel tenga contactos directos con la OLP.
El presidente de la principal orgarnización palestina, Yasir Arafat, llegó ayer a El Cairo cuando aún permanecía en la capital egipcia la delegación israelí. A su llegada a El Cairo, Arafat se mostró optimista sobre las posibilidades de conseguir algún acuerdo sobre el futuro de Oriente Próximo. El líder palestino llegó, procedente de Túnez, para entrevistarse con Shevardnadze pocas horas después de que tuviera lugar el encuentro soviético-israelí. Al ser preguntado por las elecciones en los territorios ocupados, que desea patrocinar Israel, Arafa declaró que no tenía ningún inconveniente para que se celebraran, "siempre y cuando los israelíes abandonen antes los territorios ocupados".
Dentro de las respuestas irónicas, Arens también tuvo la suya cuando, al ser preguntado sobre lo que sentía al compartir protagonismo político con Arafat, contestó: "No comparto nada con nadie. Estoy aquí porque soy el ministro israelí de Asuntos Exteriores".
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