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Hacer palotes hasta 50.000

Setenta hombres no bastan para ejercer un control efectivo sobre el territorio angoleño, dos veces y medio mayor que España. "Enfocada así, nuestra tarea requeriría la presencia de al menos 12.000 cascos azules", explica el capitán Gutiérrez. "Pero en contra de lo que normalmente se cree, nuestra labor, en principio, se limita a acudir, previo aviso de los propios representantes cubanos, a los puertos o ciudades de donde van a salir los soldados, y allí hacer palotes a medida que enbarcan, y así sucesivamente hasta que en un plazo de dos años nos dé la cifra de 50.000 en que se ha establecido la presencia militar cubana en Angola", añade.El temor a la condena internacional que seguiría a una violación de los acuerdos de paz se convierte así en la principal garantía para el cumplimiento de los mismos.

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Desarmados y en la guerra

En opinión de los militares españoles, la labor de los cascos azules tiene un contenido diplomático más que militar. "Nosotros, en nuestra condición de españoles, tenemos que prestar más cuidado para que nuestra afinidad en idioma, cultura y a veces parentesco con los cubanos no dé lugar a malentendidos", explica Gutiérrez. Y añade: "Mi abuela, por ejemplo, era de Matanzas, dato que suele suscitar grandes abrazos y muestras de alegría por parte de los cubanos, que pueden resultar comprometedores para nuestra condición de observadores fríos e imparciales".

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