Un arquitecto municipal desaconsejó el desalojo de una casa deteriorada por la obra que dirige su sobrino
El arquitecto Santiago González Rodríguez, jefe del departamento de Protección de la Edificación de la Gerencia de Urbanismo, atendió el requerimiento de los vecinos de la calle de Antonio Grilo, 6. Inspeccionó la casa el 23 de diciembre y no observó un peligro inminente. Al día siguiente, los bomberos mandaron desalojar urgentemente el edificio. Se da la circunstancia de que en la finca colindante se estaban realizando unas obras de rehabilitación que dirige el arquitecto Fernando González Alvarez, sobrino del citado funcionario municipal y que además comparte estudio con el hijo de éste, Santiago González Domonte.
La presidenta de la comunidad de propietarios de la finca de la calle de Antonio Grilo, 6 (en el distrito de Centro), Alicia Calle, asegura que el arquitecto municipal recomendó a los vecinos el pasado 23 de diciembre que permanecieran en sus domicilios, ya que no existía riesgo de deterioro en las viviendas. Sin embargo, al día siguiente tanto el arquitecto Antonio Lopera -contratado por los vecinos desalojados para la rehabilitación de su inmueble- como los bomberos recomendaron el inmediato desalojo de las viviendas.El arquitecto municipal Santiago González Rodríguez, que rechazó hacer delaraciones a este periódico, se limita a señalar en su informe del pasado 26 de enero que dentro de la obra de la calle de San Bernardo "se efectuaba un vaciado de tierras, no existiendo en esos momentos muro de contención de tierra y estando a la vista tanto la cimentación de esta casa (Antonio Grilo, 6) como en la sita en el número 8 de la misma calle". En el mismo informe se requiere a los vecinos afectados a realizar "la reconstrucción del cuerpo posterior de su inmueble" y se les con cede un plazo de un mes para iniciar las obras.
La empresa Construcciones Vivas y Martín, SA (Covimar), encargada de las obras de rehabilitación del edificio situado en el número 39 de la calle de San Bernardo, ha realizado excavaciones en la parte que limita con el inmueble desalojado. Los vecinos achacan a estas obras los desperfectos producidos en sus viviendas.
Santiago Vivas, portavoz de la empresa Covimar, asegura que su empresa tiene concertado un seguro para cubrir los daños causados en el inmueble y los perjuicios ocasionados a sus ocupantes. El portavoz de Covimar mantiene que las obras se han cincunscrito a lo expresado en la licencia municipal.
El arquitecto Santiago González Domonte también opina que los desperfectos tienen su origen en un socavón que ya había sido previamente advertido por el Ayuntamiento. En su opinión, los vecinos han actuado "de mala fe" al rechazar una solución negociada, y afirma que no ha participado en esta obra, aunque a petición de su compañero de estudio, González Álvarez, visitó la finca afectada para exponer su criterio técnico.
Sin embargo, Antonio Lopera, el arquitecto de los vecinos desalojados, descarta la influencia de un socavón en la seguridad del edificio. "El subsuelo del centro de Madrid está recorrido por numerosas galerías". En su opinión, la excavación a cielo abierto de Covimar ha sido "temeraria", ya que no se han tomado medidas de precaución. Para Lopera, la licencia de Covimar es insuficiente. "Al amparo de esta licencia se pretende construir un garaje clandestino", concluye.
El concejal presidente de la Junta Municipal de Centro, Ginés Meléndez, reconoce que, según los informes técnicos municipales, Covimar se ha excedido por acometer obras no autorizadas en la licencia. Ginés Meléndez señala que la licencia ha sido de nuevo transgredida, ya que Covimar no se ha limitado a los trabajos de consolidación. Hoy decretará el precintado de la obra.
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