Cuestión de nomenclatura

¿Quiere que le dé mi opinión sincera sobre este congreso?, dijo a EL PAÍS ayer Gianfranco Piazzesi, uno de los observadores políticos más agudos y leídos de Italia, prestigioso editorialista político. "Se ha tratado en realidad sólo de un problema de nomenclatura. Hasta ahora, el grupo de De Mita, la izquierda, con el 36% de los votos, había conseguido ocupar el 70% del poder del partido. El centro-derecha, que ha conseguido otro 36%, ha dicho: "Basta. Ahora nos toca a nosotros. Y ahora ocuparán ellos aquellos puestos". Y añadió: "En realidad, en Italia existe un partido único, la Democracia Cristiana, como en la Unión Soviética. Es ella la que tíene el poder real. Los demás partidos menores sirven para demostrar que eso no es cierto, y viven de las migajas que les deja el gran partido. Y ésos sí viven contentos y felices".Mientras Piazzesi decía esto, llegó la noticia de que los periodistas habían abandonado, como gesto de protesta, la sala del congreso, porque las tribunas reservadas a la Prensa habían sido invadidas literalmente por los invitados de los políticos.

Fanfani, que tuvo que interrumpir la sesión para poner orden, pidió a los no periodistas que se fuesen. Pero nadie se movía. Tuvieron entonces que intervenir los responsables de información del partido, pidiendo uno por uno el carné de Prensa. Se supo también que habían sido acreditados 399 periodistas sólo de órganos de Prensa de la Democracia Cristiana, y 209 de la RAI-TV, la televisión pública estatal.

Un restaurante con capacidad para 1.000 personas que funciona en la sede del congreso está a toda hora abarrotado y, bajo una pancarta que afirma que la DC es un "partido popular", desfilan las esposas de los onorevole y de los invitados enfundadas en pellizas, muchas de ellas de visón.