El testamento de Thomas Bernhard provoca discusión en Austria
Como si aún estuviese vivo, Thomas Bernhard se encargó después de su muerte, y a través de su carta testamentaria, de provocar las discusiones y escándalos que siempre le caracterizaron en Austria, país del que reniega absolutamente en el documento con su último deseo, que dejó ante notario público.
En la carta, Bernhard expresa su voluntad de que ninguna obra, tanto del pasado como las sin terminar, cartas o notas personales, podrá ser publicada o representada en Austria. La prohibición de la publicación de obras inéditas y cartas se hace extensiva también al extranjero. Su hermanastro y heredero universal, Peter Sabjn, reaccionó públicamente para contradecir otras versiones y confirmar el deseo de su hermanastro de que "toda la obra de su vida, publicada y sin publicar, no podrá ser mostrada o reproducida en Austria". Con esta interpretación del testamento está en pugna el dueño de la editorial alemana occidental Surkhamp, Siegfried Unseld, que dijo el fin de semana que "todo lo que hay hasta ahora va a seguir siendo publicado y representado".
Alegó además que estaba seguro de que si Bernhard estuviese vivo "revocaría la decisión, tal como lo hizo en otras muchas ocasiones. Años atrás, por ejemplo, prometió nunca más permitir al Burgtheater poner en escena alguna de sus obras. Luego cambió de opinión y lo aceptó", terminó Unseld.
Mientras sigue la discusión pública sobre la carta-testamento, la última y magistral ofensa de Bernhard a este país por el que se sentía atraído y repelido, el Burgtheater podrá representar sólo hasta junio las obras del dramaturgo. La próxima vez será en 70 años, cuando caduquen los derechos de autor.
Babelia
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