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UN PAÍS EN CRISIS / 1

Dormir bajo una pirámide

Los problemas económicos contribuyen a la expansión del integrismo en Egipto

Ángeles Espinosa

ÁNGELES ESPINOSA, Encontrar casa les resulta tan difícil que está a punto de dar al traste con su matrimonio; cuando por fin logran una, se derrumba antes de la entrega de llaves. El público prorrumpe en silbidos de desaprobación. Es sólo una película, pero la historia de Zaina y Nabil resulta tan cercana para el egipcio medio que sólo las escenas de las calles de El Cairo vacías se perciben como una ficción.

El cine está lleno. Pandillas de muchachos jóvenes y familias enteras se distribuyen ruidosamente en la platea. Hace ya rato que se apagaron las luces, pero e. vendedor de refrescos sigue ofreciendo su Sport Cola como si la cosa no fuera con él. Durante las más de dos horas que dura todo folletón egipcio que se precie, los espectadores vivirán, sufrirán y reirán las peripecias de los protagonistas, sin ahorrar comentarios, exclamaciones e incluso aplausos en perfecta sincronía con el guión. La proyección se convierte así en la capital egipcia en un libro a medio escribir que sólo el público es capaz de terminar.

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Recurrir a Dios

"Nuestros jóvenes tienen dificultades para encontrar trabajo, por lo que carecen de dinero y, en consecuencia, no pueden casarse. Incluso cuando consiguen reunir suficiente para contraer matrimonio no les sirve de nada, porque no encuentran apartamento. Y si lo logran, no tendrán ingresos suficientes para mantener dignamente una familia. Es una generación que no da con su puesto en este mundo y por eso muchos de ellos recurren a Dios".

Quien así habla es Mustafá Sherdi, miembro del comite ejecutivo del partido Neo Wafd, de oposición, y director de su órgano informativo. Sherdi explica de esta forma el ascenso de los grupos integristas musulmanes, para él indisolublemente asociado al problema económico. "Creemos que si éste se resuelve, decrecerá el problema de¡ integrismo", asegura el veterano Político en su despacho de la calle del Jeque Alí Yusef. Este miembro del comité ejecutivo del Neo Wafd pone bastante buen cuidado en precisar que su partido no está en contra de la gente de tendencias religiosas, sino de los extremismos.

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Oficialmente, se resta importancia a esta corriente política basada en la religión. La actualidad informativa aparece, sin embargo, salpicada de pequeños incidentes cotidianos y detenciones asociados a dicho movimiento. "Desde hace algunos meses, cada vez que la policía mata a un presunto delincuente, éste es acusado de pertenecer a un grupo integrista", asegura un corresponsal europeo con cinco años de residencia en El Cairo. "Se trata de una amenaza para la estabilidad, aunque ahora han decrecido", afirma Ahme Baha al Din, un intelectual crítico, pero de tendencias más moderadas. "Pueden crear problemas, incluso echar abajo un Gobierno, pero carecen de alternativa. No tienen respuesta a las inquietudes de la gente de hoy", precisa este hombre, para quien su país necesita alguna innovación que cristalice la nueva vitalidad del pueblo egipcio.

Fanáticos en las barriadas

Asiut, la ciudad feudo de los integristas del país del Nilo, ha dejado de ser foco de las grandes revueltas y manifestaciones que hace todavía pocos meses la llevaban a las primeras páginas de la Prensa internacional. La presencia de los musulmanes más fanáticos sigue, sin embargo, siendo importante en las barriadas más pobres de El Cairo y en la Universidad. "No es que sean numerosos entre los estudiantes, sino que son los mejor organizados", manifiesta un joven universitario de posturas claramente contrarias al Gobierno de Hosni Mubarak.

Incluso en el Parlamento los integristas constituyen una fuerza destacada. No se trata de un partido político, ya que la Cónstitución egipcia no permite que los partidos se fundamenten sobre ', bases religiosas". De todas formas, el perro más fuerte, como lo califica una expresión árabe, se ha asociado con dos partidos bien distintos del espectro político (Al Amal, de izquierdas, y Al Ahrar, conservador) para tener una voz en las filas de la oposición.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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