Intelectuales italianos piden la derogación del concordato

El sábado próximo, día 18, un numeroso grupo de intelectuales divulgará un manifiesto pidiendo la derogación del actual concordato entre Italia y el Vaticano firmado hace tan sólo cinco años. La noticia de esta iniciativa aparecerá publicada en la edición de mañana lunes del semanario Época, junto con un largo reportaje en el que se recogen las opiniones de varios políticos sobre el último discurso del papa Wojtyla dirigido al alcalde de Roma el democristiano Pietro Giubilo que fue recibido en audiencia junto con todos los concejales del Ayuntamiento.Juan Pablo II les dijo que Roma es hoy "una ciudad del Tercer Mundo", lo que ha provocado una gran impresión en el país. Los políticos han empezado ahora a reaccionar, mientras que los intelectuales de diversas tendencias han decidido propugnar la impugnación del concordato.

El diputado radical Mauro Mellini ha dicho que el Papa debería recordar que Roma ha sido una capital del Tercer Mundo mucho antes que ahora, por ejemplo, durante los Estados Pontificios; después, en los años en que el Vaticano ejercía sobre la ciudad su Gobierno en la sombra, es decir, "en el período en que los alcaldes democristianos eran bendecidos por la Iglesia y los papas".

Por su parte, el socialista Giacomo Mancini ha recordado que Roma, bajo el poder democristiano, en conexión estrecha con las parroquias, "se transformó violentamente en el campo de la construcción a través de las grandes especulaciones, de las agresiones vandálicas al territorio y de los planes urbanísticos nunca respetados".

A su vez, Rosa Filippini, diputada de los verdes, ha dicho que la afirmación del Papa "entra en la tradición de las intervenciones políticas que desde hace años la Iglesia practica en los asuntos italianos en general y particularmente de la capital". Finalmente, el liberal Paolo Battistuzzi ha declarado: "Ya se sabe que el Papa es polaco y no conoce bien la historia de Italia y de su capital".

Algunos se preguntan, sin embargo, cómo es posible que Juan Pablo II se haya atrevido a criticar tan duramente una administración presidida por un católico democristiano.

"Una cosa así no la habría hecho jamás Pío XII, y Pablo VI hubiese entrado en crisis antes de atacar a la Democracia Cristiana", ha afirmado el poeta comunista Antonio Trombadori. "El nuevo papa polaco no entiende a la Democracia Cristiana, y ésta, ahora, se las ve y se las desea para relacionarse como antes estrechamente con la Iglesia", añadió Trombadori.

Los intelectuales piensan que a estas alturas lo mejor es que se acabe con el concordato y se vaya hacia una separación leal entre Estado e Iglesia, como pasa actualmente en Francia.