Varios ministros supieron por la Prensa que el PSOE organizaría su propia 'red sindical'
Varios ministros se enteraron por la Prensa de que el PSOE se proponía reformar su esquema organizativo, ante el distanciamiento de UGT, mediante la creación de una red de representantes en las empresas que expliquen la política del Gobierno. Una fuente gubernamental relacionada con las negociaciones de la concertación social expresó abiertamente a EL PAÍS su sorpresa y escepticismo ante esta medida. "No hay estrategia de recambio a la concertación social" afirmó la misma fuente.
"Podemos llegar a la conclusión de que no hay acuerdo posible con los sindicatos, pero eso no quiere decir que los sindicatos no vayan a seguir existiendo. Si los tienes de tu parte, mejor; pero si no, habrá que aguantarse".Esta fuente vaticinó que, a falta de acuerdo, se producirá un incremento de la conflictividad social, y añadió: "Es sabido -que en diversos países europeos fenómenos similares han terminado por inclinar al electorado hacia la derecha". "Es posible que si el PSOE sufriera un claro retroceso en las elecciones europeas del próximo mes de junio los sindicatos entiendan a quién favorece realmente este proceso y se muestren más dialogantes", dijo también.
Por su parte, el secretario de organización del PSOE, José María Benegas, se mostró sorprendido por 1a bronca que se ha inontado" tras el anuncio de que su partido se organizará en las empresas, ya que, dijo, el proyecto nada tiene que ver con la concertación social. "Se trata de una ¡de a que se discutió en el 31º congreso, dentro del contexto muy amplio de que el partido está encerrado en las insti tuciones y que es preciso exten derlo en la sociedad. La idea se ha estado madurando y ha coincidido que se anunció en estas circunstancias". El proyecto de organización de la red paralela del PSOE fue dado a conocer oficialmente el pasado día 6 de ' fébrero, víspera de la última reunión de concertación, en la que la ruptura del diálogo entre el Gobierno y los sindicatos quedó confirmada.
Medidas excepcionales
Otra coincidencia similar enturbió en su momento las fracasadas negociaciones de concertación soc:ial. Fuentes del partido filtraron, en efecto, el pasado 26 de enero, mientras los sindicatos y el Gobierno se encontraban reunidos, la noticia de que el presidente, Felipe González, anunciaría unilateralmente medidas sociales de carácter excepcional en su discurso sobre el estado de la nación, programado para el martes, 14 de febrero. La filtración, que causó un claro malestar en la Moncloa, fue recibida por los sindicatos como una muestra de que el Ejecutivo no tenía ninguna voluntad de sacar adelante una negociación.
Otros incidentes registrados durante este diálogo fallido han contribuido a potenciar tensiones entre la propia militancia socialista. El secretario de la Federación Socialista Madrileña y presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Joaquín Leguina, mantuvo, por ejemplo, una conversación con el secretario de Organización de UGT, Antón Saracibar, entre el 11 y el 16 de enero, es decir, entre la última reunión de González con los sindicatos y la primera presidida por el ministro de Trabajo, Manuel Chaves. Leguina informó puntualmente de lo tratado al secretario de- Estado de Hacienda, José Borrell, y a Teófilo Serrano, secretario de Estado para la Administración Pública. Días más tarde, fuentes del sector guerrista del PSOE filtraron a la Prensa que el presidente madrileño intentaba protagonizar una negociación paralela.
El proyecto de los representantes en las empresas ha surgido de la ejecutiva federal, dominada por el sector guerrista, y no parece verosímil que haya sido anunciado sin el visto bueno de por lo menos el vicepresidente Alfonso Guerra.
La designación de los representantes -inicialmente en las empresas de más de 1.000 trabajadores- no pretende suplantar a los sindicatos en las tareas que les son específicas, según ha explicado el secretario de organización del PSOE, Txik¡ Benegas, pero sí dotar al partido de una estructura capaz de explicar la política del Gobierno y de ampliar la militancia.
Apolinar Rodríguez, secretario de Acción Sindical de UGT, no cree que este proyecto vaya a quitarle terreno al sindicato, pero añade: "Va a crear una mala imagen, desgarrada, del socialismo en las empresas, y va a dar lugar a un triste espectáculo del socialismo: se espera que se enfrente a los trabajadores". Joaquín Leguina opina: "Son pasos que no están suficientemente debatidos y que tienen que ver con el hecho de que hay mucha gente en el PSOE que ha sido expedientada por los sindicatos".
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