El príncipe Carlos intenta comprar un cuadro de la colección Thyssen

RICARDO M. DE RITUERTO, El príncipe Carlos de Inglaterra intenta que el Retrato de Enrique VIII que pintara Hans Holbein (1497 - 1543), una de las piezas con más personalidad de la colección Thyssen-Bornemisza que van a instalarse en España, vuelva al Reino Unido, de donde salió hace medio siglo. La pasada primavera también se filtró un supuesto intento por parte del príncipe y la primera ministra, Margaret Thatcher, para que el conjunto de la colección quedara en el Reino Unido.

El príncipe de Gales ha persuadido al barón para que se avenga a una acuerdo de cesión de un retrato con tanto significado para la historia de Inglaterra, según reveló ayer el dominical The Observer. El rotatívo no ofrece pruebas irrefutables que avalen el aserto, y sólo dice que "se cree" que el heredero da la corona ha convencido al coleccionista y que "hay motivos para creer que el barón Von Thyssen puede estar dispuesto a vender el cuadro al Reino Unido". Si la idea cuajara, el retrato quedaría expuesto en la National Gallery, la primera pinacoteca de las islas, a cuyo patronato pertenece el príncipe, o, en su defecto, en el palacio de Hampton Court, no lejos de Londres y antigua residencia del monarca retratado.Fuentes del palacio de Buckingham dijeron ayer que "hay un elemento de verdad" en la información, aunque negaron que hubiera "una intervención personal del príncipe ante el barón". Carlos, que el año pasado habló con Thyssen sobre el posible envío de toda la colección al Reino Unido, está muy interesado en el cuadro de Holbein, según las mismas fuentes, y el jueves asistió a una reunión del patronato de la National Gallery en la que pudo haberse auordado este particular, extremo que ayer no fue posible confirmar.

El cuadro -de pequeñas dimensiones y en el que aparece, sobre un fondo azul, un Enrique VIII cuarentón, de cara ancha y barba rala, ricamente ataviadoes una obra pintada por Holbein sin el concurso de miembros de su taller a la que se le atribuye un valor crematístico por encima de los 6.000 millones de pesetas. El semanario dice que el director de la National Gallery, Neil McGregor, no está dispuesto a trabajar sobre esa cifra, debido a la hipotética predisposición del barón a entregar el retrato al Reino Unido -donde lo adquirió el padre del coleccionista de manos del conde de Spencer, abuelo de la hoy princesa de Gales, la antigua lady Diana Spencer-, lo que permitiría negociar un precio muy inferior.

El retrato en cuestión pertenece a la parte de la colección Thyssen que no puede desmembrarse, lo que plantea problemas legales no irresolubles con la voluntad de los implicados. Una de las condiciones de Thyssen para el préstamo de su colección es que no deben separarse los grupos de pinturas.

Campaña

Ésta no es la primera vez que desde el Reino Unido se oyen voces que reclaman para el patrimonio nacional parte de los tesoros del barón. Las emitidas el pasado mes de junio por The Times tenían un incuestionable mal tono y formaban parte de una activa campaña del diario para forzar al Gobierno a hacerse con la colección. Aquella información parecía carecer de fundamento, y cuando se confirmó que el intento no iba a ninguna parte, The Sunday Times se despachó a gusto contra las artimañas del barón.

En la evaluación del precio del cuadro, si hay tal operación, el Gobierno va a tener que mostrar un exquisito cuidado. Cuando en junio trascendió la oferta de 100 millones de libras (unos 20.000 millones de pesetas) por la colección, hubo airadas reacciones contra "el peculiar orden de prioridades" mostrado por el Ejecutivo, denunciado por quienes consideraban que las artes del Reino Unido estarían mejor servidas sí en vez de incrementar el patrimonio con nuevas obras se prestaba mayor atención al ya existente.