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Yugoslavia carece de un proyecto político común para afrontar la crisis

Los comunistas yugoslavos concuerdan en tres puntos: Yugoslavia se enfrenta a una de las crisis políticas y económicas más profundas desde la guerra; las querellas y los conflictos entre los dirigentes regionales han causado divisiones étnicas peligrosamente profundas; por ello, si no se encuentra una plataforma común para salir de la crisis, el país se verá al borde de la desintegración.Sin embargo, no existe una visión común de cómo superar las diferencias y lanzar un proyecto político conjunto; más aún, parece que ni siquiera existe la voluntad política de considerar las propuestas de los adversarios políticos. El 20º pleno del Comité Central de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, que comenzó ayer, puso en evidencia que entre los dirigentes políticos de¡ país no hay tolerancia ni diálogo.

En su discurso inaugural, el presidente del partido, Stipe Suvar, reiteró los análisis anteriores acerca de dos procesos que amenazan al partido: el liberalismo y el neoestalinismo. Estipuló la necesidad de luchar contra los nacionalismos y poner en práctica "la alternativa yugoslava, es decir, el pluralismo dentro del partido". Asimismo, expuso, que dentro del 17º pleno, celebrado en octubre de 1988, la situación del país había empeorado, pero rechazó las acusaciones de aquellos que le culpaban a él y al comité central por la situación actual. Los dirigentes de los partidos de Bosnia-Herzegovina, Ahmed Mutapcic, y Macedonia, Josip Lazarovski, y parcialmente el de Kosovo, Rahaman Morina, apoyaron las tesis de Suvar y ex¡gieron el fin de la lucha por el poder, pronunciándose a favor de la plataforma yugoslava y en contra de los proyectos étnicos.

El único problema es que las propuestas de Suvar contienen las directrices principales acerca de la reforma económica y política, pero no especifican el programa a seguir, como es el caso de los programas eslovenos y serbios, contendientes principales en esta lucha.

Democracia sin partidos

El discurso de Milan Kucan, dirigente de los comunistas eslovenos, fue seguro y decidido: "Debemos formular la plataforma por la batalla por Yugoslavia". Los comunistas eslovenos optaron por "una democracia sin partidos", "una sociedad democrática y tolerante donde exista el derecho a discrepar". Inmediatamente después de Kucan, el dirigente serbio, Slobodan Milosevic, lanzó un discurso fuerte y a la defensiva. En lugar de atacar al dirigente del partido, como se esperaba, y sin descalificar las posturas de Kucan, hizo una defensa, punto por punto, de la posición serbia. "Tienen que salir todos aquellos quienes no escuchan que la reforma golpea a sus puertas y que el pueblo exige las reformas profundas".A juzgar por los primeros discursos de los jefes de los partidos regionales y del Ejército, será difícil "formular una plataforma por la batalla por Yugoslavia" sin que alguien ceda en sus exigencias.

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