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El Gobierno decide liquidar Marconi con unas deudas de 2.000 millones y 400 excedentes laborales

Marconi Española, empresa actualmente bajo propiedad del antiguo director general de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal, quien controla el 90% de las acciones, será liquidada con unas deudas de 1.941 millones de pesetas. según el balance de la sociedad que maneja en estos momentos la Administración. Además de estas deudas, el Ministerio de Industria deberá resolver la incógnita que plantean en estos momentos los 440 excedentes que presenta la compañía antes de proceder a su liquidación definitiva.

La mayor parte del endeudamiento de Marconi se concentra en los organismos de la Seguridad Social, que absorben 754 millones de pesetas. Al mismo tiempo, un total de 1.309 millones son deudas a corto plazo. El balance de la compañía muestra un inmovilizado material de 830 millones, en tanto que las pérdidas contabilizadas al término del pasado mes de septiembre se elevaban a 1.024 millones, si bien el Ministerio de Industria ha señalado que los resultados definitivos de 1988 no van a diferir sustancialmente de esta cifra de números rojos.

Al margen de la situación patrimonial de la compañía, la evolución de Marconi ha alcanzado en los últimos meses una situación límite que, en algún caso, ha hecho necesario el recurso al crédito bancario puro para hacer frente a la nómina de los trabajadores. De ahí que en el pasivo del balance figuren 79 millones de pesetas en la partida de préstamos bancarios, que fueron avalados en su momento por Amper.

Julián Sancristóbal no ha podido responder a las expectativas que se levantaron cuando el Ministerio de Industria decidió encomendarle la gestión y la propiedad de la compañía, a mediados de 1987, por lo que el Ministerio de Defensa -principal interlocutor de Marconi a efectos comerciales- exigió a finales de este año la presentación de un proyecto empresarial firme como garantía para incluir a la sociedad dentro de sus planes de compra. Todos estos factores han propiciado el acuerdo entre Telefónica y el INI para que sus respectivas filiales Amper e Inisel resuelvan el problema antes de llevar a cabo la liquidación de la antigua filial de ITT, que más tarde pasó a la órbita de Alcatel antes de llegar a manos del ex director general de la Seguridad del Estado.

La creación del grupo público de telecomunicaciones civiles y militares nucleado en torno a Amper -la compañía presidida por Antonio López- se ha visto favorecida, sin duda, por la necesidad de buscar una salida a Marconi. Ahora, Amper aspira alcanzar un 50% de la cifra de nuevas inversiones prevista por el Ministerio de Defensa para el cuatrienio 1988-1991, que se elevan a 53.500 millones de pesetas.

Nueva reestructuración

Sin embargo, desde el punto de vista laboral, el planteamiento que ahora está sobre la mesa de negociación de Amper e Inisel no implica una solución global para la totalidad de los 714 trabajadores que componen la plantilla de Marconi. Amper sólo absorberá 450 personas, por lo que se requiere un nuevo acuerdo de reestructuración con los sindicatos para amortizar los 264 puestos de trabajo restantes.

Los problemas que va a plantear esta nueva negociación pueden deducirse fácilmente si se tiene en cuenta que Amper ya asumió hace aproximadamente un año otros 450 excedentes de Marconi, de los que tan sólo 270 se han incorporado a su nueva empresa. El tratamiento de estos excedentes estaba supeditado a la movilidad geográfica de dichos trabajadores, por lo que 180 han preferido rechazar el traslado. En suma, la liquidación de Marconi exige, una solución para un total de 444 personas.

A partir de entonces será cuanco Amper empiece a configurar reaImente su nuevo grupo de telecomunicaciones, que supondrá la creación de una nueva filial -previsiblemente, bajo la denominanación social de Amper Defensa- que agrupará a los 450 trabajadores de Marconi más otros 125 procedentes de las actividades transferidas por Inisel, entre las que destacan los programas Radite y MIDS. La nueva subisidiaria exigirá unas inversiones estimadas en no menos de 2.000 millones de pesetas. Asimismo, el futuro grupo de Amper incluirá en otro apartado a la sociedad Pesa Electrónica, con un volumen de facturación situado en torno a los 4.000 millones de pesetas.

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