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El plan de cercanías de Renfe lleva mas de dos años de incumplimientos y retrasos

Los 125.000 habitantes de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes llevan más de dos años esperando el tren que no llega. Lo mismo ocurre con los viajeros del tren de Móstoles: les prometieron que podrían bajarse en Embajadores en 1986 y hasta ahora sólo han asistido a dos inauguraciones fantasmas. Obras interminables, proyectos olvidados... El plan de cercanías de Renfe, un bocado de 45.000 millones devorado a ritmo lento desde 1983, está ahora pendiente de un nuevo convenio para acelerar las obras.

"¿Pasará por aquí el tren algún día? Total, son siete kilómetros".Pues no. Al menos de momento. Los vecinos de San Sebastián de los Reyes y de Alcobendas, uno de los núcleos más importantes del área metropolitana de Madrid, se sienten como los viejos colonos del Oeste en espera de la máquina de vapor.

Y nada hace presagiar que cambiarán los vientos: el ramal del ferrocarril desde Cantoblanco a San Sebastián de los Reyes, uno de los pilares del plan de cercanías, parece haber desaparecido del mapa. Las obras tenían que haber comenzado en 1986 y contaban con un presupuesto de 1.200 millones.

Tres años después sigue sin saberse nada.

El túnel desde Laguna a Embajadores (2.660 millones) debió entrar en funcionamiento en 1986. Tras dos inauguraciones fantasmas durante el año pasado, el túnel no se acaba de abrir.

Mientras tanto, los 1.000 millones del tramo final de esta línea (Embajadores-Atocha) siguen siendo una incógnita. Y van ya varios años de retraso: las obras tenían que haber comenzado en 1984 y estar listas en 1987.

Capítulos y más capítulos sin fin del plan de cercanías de Renfe. De la decena de proyectos previstos primero en 1978 y luego en 1983, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones no ha cumplido siquiera la mitad. Y en casi todos los casos, con un gran retraso. Cambios en los proyectos, deudas de Renfe con las compañías eléctricas (25.600 millones en 1988) o falta de previsión en la obras están detrás de la mayoría de los retrasos.

Es el ejemplo de la nueva estación de cercanías de Atocha. Según el plan del PSOE de 1983, las obras tendrían que haberse acabado en 1986. Lo cierto es que la estación se inauguró a toda prisa dos años más tarde, coincidiendo con la llegada al Ministerio de Transportes de José Barrionuevo. A los pocos meses ha habido que poner múltiples parches a una obra que costó la friolera de 6.200 millones.

El inicio de la nueva estación de largo recorrido (7.400 millones de pesetas) tendría que haber sido en 1986. Vana ilusión: las obras empezaron en 1988. Los más optimistas dicen que Madrid tendrá su nueva terminal cuando Barcelona celebre sus Juegos Olímpicos.

Hay también otras actuaciones que comienzan con retraso:

- Villaverde Alto-Atocha. La inauguración estaba prevista para 1986, pero hasta ahora sólo han empezado las obras en algunos tramos. Renfe achaca el retraso a la decisión final de enterrar parte del trazado tras las protestas de los vecinos.

- Pasillo verde Príncipe Pío-Atocha. El plan de cercanías reservaba 2.000 millones para las obras entre 1985 y 1990. El proyecto de enterramiento de esta vía, que surca el distrito de Arganzuela, se ha presentado hace escasos días, justo cuando estaba prevista su terminación.

- Cuádruple vía Atocha-Alcalá. La tercera y cuarta vías hasta Vicálvaro están ya en servicio. Continúan las obras en el tramo San Fernando-Alcalá. El nuevo apeadero de Santa Eugenia, en Vallecas, se abrió hace unos días (su finalización estaba prevista en 1985).

Otras propuestas han caído en vía muerta. Entre ellas, la prolongación de la línea Laguna-Móstoles hasta Navalcarnero o la construcción de un ramal desde Aravaca a Boadilla.

Para resucitar algunos proyectos e imprimir ritmo a las obras se está preparando otro convenio. El presidente de Renfe, Julián García Valverde, llegará, previsiblemente, a un nuevo acuerdo con la Comunidad y los ayuntamientos del área metropolitana en el primer semestre de este año.

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