Sayed: "Su majestad Hassan II nos ha impresionado"
El 'número dos' del Polisario señala el "apaciguamiento militar" como objetivo del diálogo
Los independentistas saharauis, explica Sayed, están "a la merced" de los responsables del protocolo del monarca, a los que corresponde fijar la fecha, que por el momento baila entre el 31 de enero y el 4 de febrero. Las reuniones entre la delegación saharaui, encabezada por Sayed, que ayer finalizó su visita a Madrid, y las autoridades españolas ha vuelto a "poner en buen camino" las relaciones hispano-saharauis tras la ruptura ocasionada en 1985 por los ametrallamientos del pesquero Junquito y de la patrullara Tagomago frente a las costas del Sáhara. Estos nuevos pasos tenían que culminar con un encuentro entre el presidente Felipe González y Sayed en Caracas, adonde ambos tenían previsto coincidir para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez. "Desgraciadamente", explica Sayed, "la prioridad dada a la consolidación del espíritu nacido en Marraquech obliga a aplazar este encuentro para compensar con nuestra disponibilidad el co -plicado calendario del rey".Pregunta. ¿Qué ha aportado la reunión de Marraquech al proceso de paz?
Respuesta. El desbloqueo de la situación a la que se había llegado tras el encuentro realizado en agosto, con mediación de la ONU, en Ginebra. Los buenos oficios que la ONU y la OUA han venido desplegando no pueden tener efectos milagrosos. Para alcanzar un resultado definitivo debe haber un acuerdo previo entre las dos partes directamente implicadas. Era necesario que comenzara un diálogo de tú a tú en el que se demostrara la voluntad de confianza mutua. Es sólo el comienzo de un largo proceso que prevemos con muchos rodeos y pasos de cangrejo.
P. ¿Qué expectativas tiene ante el próximo encuentro?
R. Marraquech ha supuesto el paso clave para romper esas barreras psicológicas que separaban a, los dos enemigos. Hemos hablado de todo, a tumba abierta, pero siempre en el plano de las generalidades y sin orden del día. Ahora es necesario imprimir a las conversaciones un tono más riguroso, que lleve a concretar un acuerdo político total oal menos de los elementos esenciales del contorno en el que éste debe configurarse.
P. ¿El alto el fuego, por ejemplo?
R. Desde hace tres meses, nuestras operaciones militares han disminuido de intensidad y, aunque no han cesado, tienen un carácter rutinario. No podemos hablar aún de alto el fuego, porque ello supondría haber alcanzado un acuerdo definitivo que, como ya he dicho, creo que necesitará algún tiempo. Pero puedo asegurar que en el próximo encuentro con el rey Hassan se producirá alguna novedad en torno al apaciguamiento que, junto a la consolidación de la confianza mutua, tendrá un carácter prioritario en las conversaciones. Este año y, sobre todo, los próximos dos meses serán claves para el proceso de paz. Soy optimista, aunque siempre hay que tener presente la posibilidad de que las circunstancias no permitan que se produzca un paso decisivo. Ello sería muy grave, porque podría causar un peligroso enfriamiento del hierro de la confianza que tanto esfuerzo ha costado poner candente.
P. ¿Qué hay de cierto en las recientes declaraciones del rey Hassan sobre un futuro Sáhara occidental incluido en el reino de Marruecos como un land [Estado federado como los länder de la RFA]?
R. Los saharauis hemos sido los primeros sorprendidos por estas declaraciones. Ante la voluntad demostrada de profundizar nuestro conocimiento mutuo en un segundo encuentro, habría que considerar este episodio como uno de esos pasos de cangrejo. La independencia sigue siendo el objetivo irrenunciable, sobre la base de la resoluciones de la ONU y la OUA. A partir de ahí, podemos ,estudiar cualquier propuesta en el marco de la integración del gran Magreb. Lo que hemos querido dejar muy claro a su majestad es nuestra voluntad de ayudarle -y cuando nos referimos a él pensamos también en el pueblo de Marruecos-, porque nosotros y nuestro pueblo también le necesitan. Estamos dispuestos a garantizarle que la futura RASD no dará la espalda a Marruecos o estará más cercana a otro país que a Rabat; de que si hay potencial económico susceptible de ser compartido, lo haremos con el pueblo marroquí, que tendrá en nuestro país, si lo desea, una segunda patria.
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