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Ruiz Miguel anuncia su retirada, tras 20 años de matador de toros

Un brillante historial, en el que destacan 10 salidas a hombros en Las Ventas y la lidia de 300 corridas de las divisas más duras

Francisco Ruiz Miguel tiene la intención de retirarse al terminar la temporada 1989, 20ª como matador de alternativa, una vez cumplidos los objetivos que se marcó cuando comenzó a torear. "Soy el diestro en activo con mejor historial", presume, "y seguir ya nada añadiría a mi brillante carrera". Ha matado más de 300 corridas de divisas duras, como las de Eduardo Miura, Pablo Romero, Victorino Martín, Isaías y Tulio Vázquez y Murteira Grave. Ha salido 10 veces a hombros en Las Ventas, plaza en la que ha cortado 36 orejas. Y anuncia que hará varios gestos para despedirse de la afición.

En la trayectoria de Ruiz Miguel, siempre humilde y callada, extrañan presunciones como la anterior, que él justifica: "Me ha faltado ser un poco más chulo dentro y fuera de las plazas de toros para no sufrir las injusticias que se han cometido conmigo". No se queja de los empresarios, "que lógicamente intentan siempre pagarte poco para obtener mayor beneficio", dice, sino de las estructuras actuales de la fiesta, que califica de injustas. "Siguen mandando más los despachos que los méritos en el ruedo", comenta, "y eso siempre me ha perjudicado, por no pertenecer a una empresa fuerte que impone a sus toreros en las ferias, aunque yo sea mucho mejor que ellos".A Ruiz Miguel le disgusta que sólo una mínima parte de los asistentes a los cosos sepa valorar realmente lo que ocurre en la arena. "Por eso yo tengo el respeto de los auténticos aficionados, de los que saben valorar mi hoja de servicios". Esa es la razón por la que entiende que se ha valorado más cuando compañeros suyos, de los acostumbrados al ganado cómodo, han matado alguna corrida dura, que sus continuas actuaciones frente a esas divisas difíciles.

Aunque comprende que es necesario que la masa acuda a los toros para que la fiesta se mantenga. "A esas masa se le encandila cada año con supuestos desafíos entre toreros instalados y luego es mentira. En lo único que se desafían es en mandar a sus mentores a las ganaderías para que les elijan los toros más cómodos".

Cuando se le pregunta que sí se refiere indirectamente al supuesto duelo anunciado para este año entre Espartaco -al que ha retado varias veces para torear juntos miuras, sin que éste acepte- y Litri, el gaditano se escabulle con soma: "Es que ya no quiero entrar en polémicas, sólo presumo de lo mío, pero hay un refrán que dice que a buen entendedor...". Después filosofa y llega a una conclusión: "No hay que darle más vueltas, esto no hay quien lo cambie".

La conversación cambia de tercio y entra en el siempre polémico tema del afeitado, que el espada reconoce que existe, aunque matiza: "Pero en mucha menor cantidad de lo que habitualmente se cree". Pone el ejemplo de uno de los toros de Murteira que lidió la pasada feria de Bilbao y cuyas astas han dado positivo al analizarlas: "Yo respeto a los veterinarios, pero juro por mi familia que aquellos pitones estaban íntegros", indica, "porque hasta a mí me daban pánico". Y repite: "Se exagera mucho".

Impuestos y subvenciones

Coincide el torero con la opinión generalizada dentro de la fiesta, acerca del abandono a que la tiene sometida la Administración: "El Gobierno se comporta bochornosamente con el espectáculo taurino al que no sólo no apoya rebajándole impuestos u otorgándole subvenciones, como hace con otros asuntos culturales, sino que además no lo defiende de los infundados ataques del Parlamento Europeo".Ruiz Miguel se considera un hombre serio y de palabra -"creo que lo he demostrado a lo largo de mi carrera", afirma- y promete no reaparecer. "He podido juntar un dinerito en las dos o tres últimas temporadas, solo en esas,", agrega, "y lo he invertido en el campo, que es de lo único que entiendo, además de toros, para entretenerme en el futuro. Si no sufro una hecatombe económica no volveré".

Le embarga una doble sensación de alegría, por despedirse tras haber conseguido todo lo que se propuso, y tristeza, por este adios definitivo. Su campaña de despedida incluirá algunos gestos, corno actuar en solitario frente a toros de sus clásicas divisas en cosos importantes. Manuel Chopera le ha contratado para Las Ventas y el resto de sus plazas. "En mi Madrid, que tanto me ha dado, haré mi último paseíllo en la feria de otoño, como único espada y frente a seis toros de seis ganaderías duras".

Asegura que le han impresionado muchos toreros, destacando en este aspecto a Dámaso González: "Otro hombre que ha sido tratado injustamente por los estamentos que dominan la fiesta y al que han obligado a una retirada casi por la puerta falsa". Son las frases de apoyo de un hombre en cuya tarjeta de visita figura como profesión la de matador de toros, "la más bonita y difícil del mundo", agrega. En 1990 la tarjeta pondrá: Francisco Ruiz Miguel, agricultor.

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