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Francia y Alemania elevan sus tipos de interés, en un vano esfuerzo por contener al dólar

La intervención concertada de unos 10 bancos centrales, incluyendo a europeos y a la Reserva Federal -necesaria al fracasar un incremento de los tipos de interés en la República Federal de Alemania, países del área del marco y Francia-, no logró doblegar la escalada del dólar. Tras una breve baja hasta los 1,86 marcos, después de alcanzar la divisa estadounidense a mediodía de ayer una cotización máxima para los últimos tres meses de 1,8770, reanudó su alza cerrando en Londres a 1,8655 marcos, frente al cierre previo de 1,8645. Ayer mismo se anunció oficialmente el adelanto de la reunión del Grupo de los Siete países más industrializados, en donde se tratarán previsiblemente todos estos problemas cambiarios.

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El banco central alemán, el Bundesbank, anunció ayer que con efecto a partir de hoy incrementaba el tipo de interés de las operaciones de descuento al 4% desde el 3,5% anterior, y el tipo lombardo, aplicado a fondos de regulación contra efectos, al 6% del 5,5%. Inmediatamente se unieron a la medida los bancos de Francia, Holanda y Austria. Suiza había modificado sus tipos de interés, en realidad, cuatro horas antes que el banco alemán.El volumen de la intervención fue cifrado por operadores en torno a los 1.000 millones de dólares. Esta es la segunda vez en el plazo de un mes que los bancos centrales europeos modifican al alza los tipos de interés en un intento por contener al dólar y someter los brotes inflacionistas detectados en el continente.

El miércoles culminó una larga semana de alarma en torno a la escalada del dólar al anunciarse en Estados Unidos un déficit comercial de 12.500 millones de dólares para noviembre, contra unas expectativas de 11.000 millones, y un déficit de 10.300 millones en octubre pasado.

La cifra, que excedió en 1.500 millones de dólares a las peores expectativas de los mercados, no logró derribar a la divisa estadounidense. El dato, esperado como agua en mayo, para que apagara el incendio de los mercados de cambios no surtió el efecto esperado, poniendo al Gobierno alemán ante la evidencia de que su autónomo banco central reaccionaria.

En medio de la intervención concertada, Estados Unidos anunció ayer una tasa inflacionaria para 1988 del 4,4%, con un incremento del 0,3% en diciembre sobre noviembre, lo que equipara a la tasa de 1988 con la de 1987, pero la deja unos tres puntos por encima de la de 1986. Los analistas consideraban que "la tendencia infiacionaria sigue vigente".

Miedo a la inflación

La alteración de los mercados de cambios, que lleva una semana larga ya, parece una pescadilla que se muerde la cola. El anuncio del IPC estadounidense reanimó las especulaciones sobre un alza de tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Esto insufló de nuevo fuerzas a la especulación en favor del dólar.

El pasado día 17, la República Federal de Alemania anunció un incremento del 3,5%. de los precios al por mayor en 1988, por encima de las expectativas. Los analistas del Bundesbank culpan por las tensiones inflacionistas de su país al encarecimiento de las importaciones por el alza del dólar. Una semana antes, el ministro germano de Finanzas, Gerhard Stoltenberg, dijo en Washington durante una visita oficial que no creía necesario un incremento de los tipos de interés.

En la RFA se repiten las contradicciones entre el custodio monetario y el Gobierno que se han convertido en característica de Europa, incluida España. Los incrementos de tipos de interés son un freno a la expansión económica y, por lo tanto, considerada medicina amarga por los Gobiernos que intentan sacar las economías nacionales de la sombra del crash bursátil de octubre de 1987. Un alza excesiva de tipos de interés puede sugerir la sombra de la recesión en la actividad empresarial y llevar a una retracción de los negocios.

Mientras, los bancos centrales, que se han convertido en los elcínentos de choque para conter er las vetas inflacionarias, reaccionan a los indicios de jaicoma recomendando incrementos en los tipos de interés. A sí lo ha hecho recientemente el Banco de España, y los operadores del mercado mone,ario no descartan que vuelvi, a repetir la operación tras a nunciarse el IPC de diciemb -e, previsto para hoy.

Como telón de fondo a las convulsiones monetarias, el Gobierno estadounidense anunció oficialmente ayer en Washington que la reunión del grupo de las siete naciones más industrializadas (G-7) tendría efectc allí el 3 de febrero.

Acusando el vuelco del dinero caiente hacia el dólar, el oro se colocó ayer cerca del umbral psicológico de los 400 dólares por onza, al cerrar en Londres a 403 dólares. Los analistas son escépticos sobre su futuro.

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