"Rosario de chapuzas"

Para Renfe y el Ministerio de Transportes, responsable de las obras, se trata de "retoques habituales dentro del período de rodaje de cualquier estación". Los viajeros y los trabajadores tienen palabras más fuertes para la nueva terminal de Atocha: "Un rosario de chapuzas".Emilio Tuñón, arquitecto del estudio de Rafael Moneo, responsable del anteproyecto de la estación, afirmó ayer que muchos defectos que se achacan a la obra tienen fácil explicación: "Fue concebida como una estación de cercanías y está dando un servicio a trenes de largo recorrido". Tuñón justificó así el aspecto inhóspito de la nueva estación: "Es un lugar de tránsito y no de espera, de ahí su concepción como un espacio abierto".

Renfe no pudo facilitar ayer la cifra total de lo que lleva gastado para hacer más habitable la terminal. Éstos son los capítulos más importantes:

- Limado de andenes. Seis centímetros se recortaron a algunos andenes para evitar rozaduras en algunos trenes.

- Megafonía. Cerca de 30 millones de pesetas ha costado renovar los sistemas de megafonía, inaudibles por culpa del eco.

- Reparación del suelo. Se ha encargado un estudio para evitar la humedad y el deterioro progresivo de la superficie de granito.

- Climatización. Renfe prepara la construcción de un falso techo y un sistema de calefacción para las salas de espera.

- Información. Se ha instalado una decena de pantallas informativas y se ha cambiado la señalización a pie de andén.

- Aparcamientos. El aparcamiento aún no se ha abierto al público. Mientras, el caos de tráfico en la superficie va de mal en peor: la gasolinera del paseo de la Infanta Isabel no sólo se mantiene, sino que se amplía; los autobuses aparcan en doble fila por falta de espacio; las obras del metro no terminan nunca...