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Vuelve la memoria de Elvis

Discos, libros y películas rentabilizan la figura del 'rey del rock'

La reciente publicación en España de un doble elepé con los éxitos de Elvis Presley, del que se han vendido 130.000 copias en 45 días, junto a la edición de un libro polémico y la revisión de algunas de sus 33 películas en un ciclo programado por TVE, ha permitido a las generaciones más jóvenes conocer la música del cantante norteamericano. La figura de Elvis continúa siendo rentable, mientras la dramática historia del proceso autodestructivo de un ídolo permanece en un segundo plano como objeto de estudios sensacionalistas.

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Un filón inagotable

Una nueva generación de adolescentes españoles parece dispuesta a descubrir a Elvis Presley. Muchos de sus padres conocieron el fenómeno Elvis de segunda mano, después de haber vivido los Beatles, la contracultura californiana y el Mayo Francés, aunque la revolución generacional que tuvo como detonante al cantante norteamericano les afectó profunda y quizá inconscientemente. Hoy, cuando han transcurrido más de 11 años de su muerte, Presley es historia de la música popular, y los nuevos aficionados españoles caminan por terreno abonado para acercarse, aunque sea de manera superficial, al aclamado unánimemente como rey del rock.La resurrección de Elvis Presley, que desde hace 30 años siempre ha estado presente en la memoria musical, no ha tenido su origen en España, que ha recibido tardíamente todos los cambios generados por el rock, asumiéndolos sin vivir las causas que los originaron. En 1987, décimo aniversario de la muerte de Elvis Presley, las ventas de sus discos alcanzaron en Estados Unidos cifras similares a las que el cantante consiguió en vida, hábilmente lanzadas por campañas de promoción planteadas para rentabilizar el recuerdo, junto a la reedición de su discografía completa, tantas veces maltratada y pirateada.

Elvis ya había vendido más de 1.000 millones de ejemplares de los 65 elepés publicados, muchos de ellos con bandas sonoras de las 33 películas en las que trabajó como protagonista, pero el mercado no estaba agotado.

Recientemente, la publicación del libro ¿Está vivo Elvis?, un sensacionalista trabajo de la norteamericana Gail Brewer-Giorgio, ha vuelto a remover el recuerdo del cantante, y una vez más el efecto rebote ha llegado a España. A la sombra de la publicación en nuestro país de este libro y la emisión por TVE de una selección de su filmografía, en 45 días se han vendido más de 130.000 copias de un doble elepé con 45 canciones, de las que 17 alcanza ron el número uno en listas de éxitos, popularizadas a través de nuevas mezclas que convierten canciones de tres minutos en fragmentos de 30 segundos.

De esta manera, y programado entre grupos españoles seguidores de la música y la estética de Elvis, como Duncan Dhu, Rey Lui o Los Rebeldes, de gran éxito entre los adolescentes, Presley ha regresado a las listas de éxitos españolas, algo que no sucedía desde hace 20 años, cuando con siguió su último gran éxito con la canción In the ghetto.

"Para mí, Elvis es el símbolo de todo lo bueno y lo malo de América", ha declarado recientemente Bono, cantante de U2 y uno de los músicos más carismáticos del momento. El nuevo éxito de Presley en España se ofrece con la superficialidad que hoy invade casi todos los fenómenos musicales, e impide conocer a los nuevos aficionados la contradicción viviente que padeció el cantante, convirtiendo así la historia del rock y su incidencia social en algo meramente secundario.

Autogratificación

Elvis Presley fue el protagonista de una fábula en la que se demuestra cómo un camionero puede acabar en un palacio, pero también la representación de un drama diario. El ejemplo de cómo en 1953 un joven podía regalar a su madre un disco con su propia voz grabado por cuatro dólares y, tras ser descubierto por un cazatalentos, convertir ese primer obsequio en un Cadillac rosa tres años mas tarde. Su muerte, acaecida el 16 de agosto de 1977 en su cárcel-palacio de Graceland, víctima de sus excesos en el consumo de barbitúricos, tranquilizantes y anfetaminas fue la demostración de cómo el éxito puede destruir a quien convierte la autogratificación en la principal razón de vivir.Encerrado en Graceland, hoy convertida en museo y centro de peregrinación, el cantante perdió el contacto con la realidad y no admitió intromisiones en su paranoia. Jerry Lee Lewis, armado de una pistola, y Bruce Springsteen, enarbolando a modo de salvaconducto su imagen en las portadas de las revistas Time y Nesweek, no consiguieron traspasar la barrera de guardias de seguridad situada a la entrada de su mansión. Perdido el contacto con la realidad, Elvis pronto fue el objetivo elegido por negociantes poco escrupulosos. Todo era rentable. Desde su número de identificación en el Ejército norteamericano (el 53310761), hasta la casa de dos habitaciones donde nació, en Tupelo (Misisipí), el 8 de enero de 1935.

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