Hormaechea rechaza la contratación en Cantabria de trabajadores de fuera
El presidente de la Diputación Regional de Cantabria, Juan Hormaechea, candidato independiente elegido en las listas de Alianza Popular (AP), manifestó ayer su rechazo a que "se contrate ningún trabajador de otra región en base a ningún pretendido convenio". El gabinete de prensa de la Diputación Regional facilitó un comunicado sobre, las informaciones según las cuales la empresa Nueva Montaña Quijano integraba a 125 trabajadores excedentes de Nervacero, de Vizcaya.
El comunicado del Gobierno autónomo señala que el presidente Juan Hormaechea ha manifestado que mantiene su "más enérgica oposición a que ningún trabajador de otra comunidad autónoma haya de ser contratado". "Y no porque sea de otra comunidad autónoma", añade la nota, "sino porque existen suficientes problemas laborales en nuestra región como para que los puestos de trabajo creados en ella hayan de contribuir a solucionar los de otras", informa Efe.Para el presidente regional, "Cantabria no ha tenido ninguna participación en los 500.000 millones de pesetas que ha costado la reconversión en Altos Hornos [de Vizcaya], ni ninguna participación en los 48 mil millones que este año cuesta el déficit de Hunosa"
Reestructuración
El Diario Montañés informó ayer que la entrada de estos 125 trabajadores en las factorías cántabras se posibilita por las 692 jubilaciones que se han llevado a cabo, conforme un plan previsto, que se inscribe dentro de la reestructuración del sector siderúrgico. Las empresas Nueva Montaña Quijano y Nervacero dependen del grupo industrial de la compañía española Celsa, dedicada a la producción de laminados.CC OO reaccionó ayer ante las declaraciones del presidente del Ejecutivo regional acusándole de oportunista, reaccionario y demagógico y de ser incapaz de arbitrar ninguna solución laboral, informa Jesús Delgado.
Fuentes de UGT consultadas anoche por este periódico declinaron hacer declaraciones hasta tener más información sobre el tema. Asimismo, recordaron que el índice de desempleo en la región no ha hecho más que crecer en el curso en los últimos años; los 25.500 parados de 1983 ascendieron a 28.700 al año siguiente y hoy, según portavoces de UGT, suman ya los 41.300.
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