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Y cayó el telón

Con el cierre, esta noche, del Espronceda, sólo quedan 12 salas privadas en Madrid

Juan Antonio Carbajo

"Atención, últimos días". La cartelera del teatro Espronceda recurría esta semana al viejo truco para llenar el patio de butacas. Pero esta vez iba en serio. No sólo María Asquerino, Lola Cardona y Gemma Cuervo terminaban las representaciones de Las damas del jueves. También decía adiós la propia sala. Hace 10 años, cuando se inauguró, había 25 teatros privados en Madrid. Mañana, cuando cierre, quedará una docena. Por el camino se han ido quedando viejos escenarios reconvertidos en salas porno, discotecas y restaurantes.

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La sala Espronceda nacía en noviembre de 1979 a la sombra del edificio de la agencia Efe, en el barrio de Chamberí. Los teatreros jamás reconocerán que aquél era un buen momento. Por aquellos días rivalizaban en la cartelera actores como Arturo Fernández, Juanito Navarro, Antonio Garisa, Irene Gutiérrez Caba, Concha Velasco, Amparo Baró, Pedro Osinaga, Jaime Blanch, Amparo Rivelles, María José Alfonso o Adolfo Marsillach. Actores que no han tenido recambio en los escenarios de la capital, según algunos productores.Diez años después, la agencia de noticias vecina ha terminado por invadir el patio de butacas del teatro. En abril se habrá convertido en el plató principal de la futura TV Madrid, que dará los primeros pasos desde el edificio de Efe. Para Enrique Cornejo, secretario de la asociación de productores de teatro, hay dos motivos que obligan a cerrar una sala: la crisis del teatro o una transacción mercantil jugosa. El final del Espronceda responde a la segunda causa. "Nunca el teatro va a dar tanto dinero como la venta del local", afirma.

Reconversión de las salas

Pero no todos los teatros pueden caer sin más en la barriga del monstruo especulativo que recorre estos años Madrid. Las salas principales sólo pueden dedicarse, por ley, al espectáculo. Muchas se han reconvertido en salas cinematográficas. Jaime Fraga, presidente de la Asociación de Empresarios de Locales, piensa que es hasta inconstitucional que el dueño de un local no pueda disponer de él. "Muchos cometimos el error de corriprar un teatro cuando a lo mejor teníamos que haber puesto una carnicería", dice con ironía.

El Espronceda no va a ser el último. Fraga dice que en el corrillo teatral madrileño ya sé habla de que hay tres o cuatro teatros con graves dificultades económicas, que sufren intentando sacar las 700.000 pesetas diarias de media que una sala necesita para sobrevivir. Y eso a pesar de el local podría cotizarse en el mercado inmobiliario por lo menos en 1.000 millones de pesetas. "Aunque el que tiene el virus del espectáculo nunca se iría si no le echan".

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Desde 1979, las páginas de teatro de los periódicos han combinado los estrenos con las notas necrológicas. El teatro Benavente se reconvertía en cine porno porque su dueño, Apolinar Sanz, no encontraba un empresario y unos actores que quisieran poner en escena una obra del autor que daba nombre a la sala. El Arniches, el Arlequín y el Valle Inclán también se rindieron al cine.

Otros escenarios sucumbieron a la eclosión de las macro discotecas. El teatro Barceló pasó a ser Pachá, aunque su propietario, Juan Alonso Millán, conserva para el género el Muñoz Seca. Al Eslava le pusieron música y un Joy delante del nombre y con el tiempo se olvidó de que fue el templo de la revista. El teatro Beatriz se convertirá pronto en un eslabón más de la cadena Vip's. El de la Comedia y su dueño, Tirso Escudero, sobreviven a la sombra del Estado como Teatro Nacional. "Que la Administración nos compre todos los teatros y se quede solo", exclama Fraga.

Otros tienen el presente tan oscuro como sus paredes. Es el caso del Lara o el Martín, cerrados en silencio, sin reconversión y con expedientes abiertos por seguridad. El Martín era uno de los más antiguos y en su época dorada rivalizaba con el Eslava por las mejores revistas.

El último en caer ha sido el Monumental, el más grande de Madrid, convertido en sede de la orquesta de RTVE. Las alegres chicas de Colsada han dado el relevo a los profesores de Árpád Joó. El siguiente, dicen los entendidos, puede ser el Reina Victoria, por el que se ha interesado la ONCE.

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