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Informar en Italia

Grandes cambios han caracterizado en estos últimos años el mercado de la información en Italia. Si tenemos en cuenta el número de ejemplares vendidos por los diarios, la situación es más que alentadora. La prensa italiana conquista continuamente nuevos lectores: desde 1980 a 1986, los 78 diarios italianos editados en Italia registran un aumento de ventas del 19,2%, pasando de 5.342.000 ejemplares a 6.350.000. La tendencia positiva continúa incluso en 1987, con un nuevo crecimiento del 7,32%. Después de algunos años difíciles, la mayoría de los diarios son empresas económicamente activas y sanas; invertir en la información, sin duda, es una operación económicamente conveniente.Sin embargo, hay una contradicción destacable. Alrededor de años años setenta se produjo un importante cambio en la calidad Je la información, debido especialmente a la mayor conciencia y autonomía de los periodistas; en aquella época el periodismo italiano aumenta su prestigio y su atención a la compleja realidad del país y, con intervenciones decisivas y una puntual presencia, escribe algunas de sus mejores páginas, pero los balances de los periódicos se mantienen en rojo y las ventas se estancan.

La 'Repubblica'

La entrada de los grandes grupos industriales en el mercado le la información marca, desde a mitad de los años setenta, una primera inversión de la tendencia: la prensa diaria comienza así a salir de su grave crisis financiera. En estos años, la innovación tecnológica se extiende incluso al mundo de la prensa escrita, con resultados alentadores; los diarios amplían su radio de intereses, yendo así al encuentro del lector tipo que en los años ochenta -como se deduce de una serie de investigaciones- parece pedir una información más completa en todos los campos, y en particular en la actualidad y en los acontecimientos deportivos: aumentan los optionals de los periódicos con los suplementos culturales, los magazines semanales, los seguidísimos juegos con premio; la prensa local registra una fortísima expansión. Finalmente nacen, en los últimos 5 años, diversos periódicos; entre ellos, Il Giornale, Il Manifiesto, el diario económico Italia Oggi -hoy el segundo en importancia después de Il Sole-24 Ore- y especialmente La Repubblica, que merece un discurso aparte. Fundado hace 12 años por Eugenio Scalfari, es hoy el diario más venido de Italia (el aumento, anteriormente indicado, de las ventas de los periódicos en 1987 considera en primera línea este diario, con un crecimiento del 7,8%).

La irrupción de La Repubblica -hoy único periódico con una fusión discretamente homogénea en todo el territorio nacional- en la escena periodística italiana ha modificado profundamente la situación anterior y es causa no última del cambio de estilo de la información periodística en Italia, también por la dura y abierta competencia que ha traído su aparición.

Además de un inteligente trabajo en equipo que ha demostrado ser capaz de acoger nuevas y viejas sensibilidades presentes en el cuerpo social, hay que señalar la atenta dirección del fandador de La Repubblica que, aunque ha declarado varias veces lo contrario, se propuso hacer de este diario -consiguiéndolo en parte una especie de partido transversal y de lugar de encuentro de elites y opiniones influyentes.

Interesante también la parábola del periódico: después de una trayectoria que lo colocaban la izquierda moderna, el diario de Scalfari parece haberse situado en una posición más de centro, como demuestran los editoriales y el planteamiento general. Sin embargo, es fácil advertir que los artículos de opinión, el corte de las noticias e incluso el lenguaje de los artículos y de los reportajes reflejan un estilo y, a veces, unos contenidos más de izquierdas, lo que permite a La Repubblica conservar buena parte de su público original.

Sin embargo, no todo en la prensa italiana parece encaminarse hacia la vía justa. Queriendo incluso prescindir de la mala costumbre de confundir noticia (política) y opinión de quien escribe, ante todo cabe señalar la excesiva vinculación y contigüidad de los trabajadores de la información con el universo político y económico y con sus personajes.

En las elecciones de 1988, por ejemplo, destacó el pésimo resultado electoral de la Democracia Cristiana, que, con la disminución del 5,4% de los votos, registró una clara derrota, en absoluto prevista, ni siquiera por la izquierda. El secretario de la Democracia Cristiana, entonces secretario del partido de mayoría relativa y desde el 13 de abril también presidente del Consejo, Ciriaco de Mita, criticó a los periódicos por haber ofrecido una representación alterada de la calidad que en cierto modo acabó por influirle incluso a él. La verdad es que, como un juego de espejos, las partes -los periodistas y los políticos- se transmitían recíprocamente una imágen difícil de creer.

Un primer balance aproximativo de las luces y sombras de la prensa italiana podría ser éste: n periodismo vivo y bien hecho, mas atento a los gustos del lector y más capaz de cubrir el radio de sus intereses, pero al mismo o tiempo poco profundo y marcado por un pluralismo limitado.

Hay un sector en particular donde todos los defectos señalados parecen desplegarse con especial evidencia: el de la información económica. Quizá valga la pena recordar las palabras de Giampaolo Pansa en su libro Cartefalse, dedicado al periodismo y a los periodistas italianos. Pansa comenta la escasa agresividad, la verdadera y propia condescendencia hacia los "grandes de la industria, de las finanzas o del crédito... No se encuentran más que dioses o semidioses".

Cierto que no todo el periodismo económico es de este calibre; al contrario -confirmado por una serie de estudios realizados por institutos fuera de cualquier sospecha-, la calidad y la integridad de la información económica están mejorando, pero se echa en falta la dimensión crítica.

Grupos industriales

La intervención de los grandes grupos industriales y financieros a mediados de los años setenta y siguientes ha relegado fuera del sistema informativo la figura del editor puro.

Es evidente la necesidad de actuar, perfeccionando la ley sobre la actividad editorial que fija -n un 20% el límite legal de la propiedad de los diarios que circulan en Italia. No sólo, pero es necesario favorecer un pluralismo real en la propiedad de los periódicos y las publicaciones ?ara superar la italiana anomalía le un mercado de la información en manos de pocos pero fortísmos grupos empresariales.

Hay que resaltar que las posiciones dominantes del mercado y a concentración de propiedades, con frecuencia, se entrelazan con os fuertes y contrapuestos intereses de los partidos. La situación que se deriva ha sido describa hábilmente por el conocido periodista italiano Giuseppe Turani: los periódicos italianos son unas casas donde dentro se ha instalado un elefante (el poder económico), mientras que frente a la puerta están los lobos (el poder político).

En un debate televisivo sobre a calidad de la información italiana, estando presentes los directores de los tres informativos le la televisión estatal (la televisión privada todavía no tiene la conexión en directo, indispensable para cualquier informativo) y los directores de los principales periódicos, el discurso sobre la propiedad de los diversos diarios era más o menos éste: ante la denuncia de algunos políticos presentes que lamentaron la dependencia de los diarios del poder económico, los directores de los periódicos respondieron haciendo hincapié en que la propiedad de los informativos y canales de t televisión está, de hecho, en manos de los partidos, principalmente de los dos mayoritarios el Gobierno, la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, mientras que al principal partido opositor, el comunista, se le ha signado el tercer canal.

Carlo Masini es experto en medios de comunicación social.

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