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Los líderes mundiales confían en que la paz reine en 1989

Los principales líderes mundiales utilizaron las festividades de Nochevieja y Año Nuevo para lanzar mensajes de esperanza, en la confianza de que 1989 precipite definitivamente las múltiples iniciativas de paz puestas en marcha durante el año saliente.

Los presidentes de las dos superpotencias, el soviético Mijail Gorbachov y el norteamericano Ronald Reagan, aprovecharon sus mensajes navideños para alabar las virtudes del acercamiento político entre ambos países. El papa Juan Pablo II empleó ayer la homilía de la misa solemne celebrada en San Pedro ante el Cuerpo Diplomático acreditado en el Vaticano para partir una lanza a favor de las minorías étnicas. El día anterior, el Pontífice hizo un llamamiento para que la humanidad se solidarice más a fondo con aquellos que no tienen hogar o sufren del SIDA.

El presidente Reagan, celebrando su octava y última Nochevieja en la Casa Blanca, apareció en las pantallas de la televisión soviética, en un mensaje grabado días antes, para desearle "lo mejor en 1989". "Gracias, y que Dios os bendiga y os tenga con él todos los días de vuestra vida", agregó.

"Los norteamericanos parecen estar redescubriendo a la Unión Soviética. y nosotros estamos redescubriéndoles a ellos", afirmó por su parte, Gorbachov, dirigiéndose a los televidentes norteamericanos. "El miedo y las sospechas están dando paso gradualmente a la confianza y a sentimientos de atracción mutua", agregó.

El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, centró su discurso en el problema afgano para expresar su inquietud por la "lentitud" con que se está desarrollando el proceso de paz.

El jefe del Estado polaco, general Wojciech Jaruzelski, despidió el año haciendo votos por la reconciliación interna, dejando la puerta ampliamente abierta a un eventual compromiso con el sindicato Solidaridad.

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El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, urgió un acuerdo de coexistencia pacífica con EE UU, tras recordar el fracaso de la Administración de Reagan en su intento de derrocar la revolución sandinista.

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