La erradicación del 'afeitado' falla en los reconocimientos veterinarios

Mientras la sospecha de afeitado ha sido casi permanente en la mayoría de los festejos celebrados en España en 1988, con algunas excepciones en cosos de primera categoría, los veterinarios y la autoridad sólo enviaron a examen de la Escuela Nacional de Sanidad 233 astas. De ellas, 82 dieron positivo y 74 no pudieron analizarse porque les faltaba sustancia o estaban astilladas (véase EL PAÍS el pasado 31 de diciembre). La cifra es ridícula si se tiene en cuenta que durante la temporada se lidiaron más de 5.600 reses.

La enorme desproporción entre toros lidiados y afeitados mientras la sospecha del fraude fue permanente a lo largo de la temporada, obliga a deducir que la erradicación del mismo falla en el reconocimiento previo del ganado, donde autoridad y veterinarios dan por válidos toros que no cumplen la prescripción reglamentaria que se refiere a la integridad de las astas, y también en el pos mortem, pues se abstienen de remitir los pitones a examen.Hubo plazas donde la descarada manipulación de las reses provocaba alborotos en el tendido, y sin embargo ni un solo pitón llegó a la Escuela Nacional de Sanidad. Es, entre otros, el caso de San Sebastián de los Reyes, donde la responsabilidad de que el reglamento se cumpla corresponde a la Delegación del Gobierno de Madrid.

En el supuesto contrario se encuentran plazas como las de Madrid, Sevilla y Valencia, cuyos veterinarios y autoridad suelen cumplir con su obligación, aunque sea de forma moderada. La Maestranza es el coso donde hubo mayor número de corridas con reses manipuladas. Pero no sería justo considerar que, por ello, constituye el mayor coladero del país; antes bien, la manifestación del fraude se debe a que cuenta con uno de los mejores equipos de veterinarios.

Las plazas donde salieron corridas afeitadas son: Sevilla, 12; Málaga, seis; Valencia y Valladolid, cuatro; Madrid, Colmenary Guadalajara, tres; Salamanca, Albacete y El Puerto de Santa María, dos, y una, Bilbao, Murcia, Ciudad Real, Vitoria, Granada, Logroño, Aranjuez, Soria, Talavera de la Reina, Zaragoza, Palencia y Ciempozuelos. Madrid es donde aparecieron más toros afeitados en una sola corrida, con cuatro de Martínez Uranga entre cinco que lidió. El quinto, astillado, no se pudo analizar.

Rigor en el reconocimiento

Según creen los aficionados y da por cierto el Ministerio del Interior, el número de dictámenes de afeitado sería mucho mayor si todos los equipos de veterinarios y la autoridad ejercieran con rigor la función de vigilancia que les compete. Representantes del Departamento informan de que se dictarán instrucciones para que todo toro con merma de pitones sea rechazado en el reconocimiento. El Ministro, José Luis Corcuera, está interesado en erradicar el fraude de la fiesta -según indicaron las mismas fuentes-, pues entra dentro de las funciones de Interior hacer cumplir el reglamento taurino.Ganaderos y taurinos pretenden descalificar a la Escuela Nacional de Sanidad, aduciendo que sus técnicas de análisis no son fiables. Para los representantes de Interior, por el contrario, lo son, y añaden: "Tenemos la certeza de que todos los toros dictaminados afeitados, efectivamente lo están; y que si no se dieran tantos márgenes de garantía a los ganaderos, aún habría muchos más". El equipo de facultativos que analiza las astas está compuesto por los veterinarios Manuel Sanz, en representación de la Dirección General de la Seguridad del Estado; Ángeles Moya, por la Subdirección General Veterinaria de Salud Pública, y Vicente Barrios, por la Unión de Criadores de Toros de Lidia. Se completa con otro veterinario que designa el ganadero afectado. En cada asta efectúan exámenes morfológicos interno y externo y prueba biométrica, suficientes para determinar si hubo "manipulación artificial". Cuando hay dudas, añaden el examen histológico, que este año sólo se ha llevado a cabo con los toros de Victorino Martín que dieron afeitado.

Desde 1984 se han realizado los siguientes exámenes de astas: 1984, examinadas, 331; positivo, 85; sin analizar (por pérdida de sustancia), 94. 1985: examinadas, 257; positivo, 19; sin analizar, 103. 1986: examinadas, 155; positivo, 20; sin analizar, 52. 1987: examinadas, 265; positivo, 52; sin analizar, 40.