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Tribuna
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Dejar el 'truja'

Dos becarios de la universidad de New Carrillown han realizado un descubrimiento impresionante. Tras prolongadas investigaciones, el doctor No Smoking, caribeño, y su ayudante chino Fuman-Chu-Light llegaron a la conclusión de que el uso del tabaco no afecta directamente al ,Sistema respiratorio, como machaconamente nos bombardean, sino que el mal se dirige más abajo.Los estudios realizados por estos científicos abarcaron un amplio abanico de campos relacionados con el cultivo, los productores, manipuladores, anunciantes, expendedores y consumidores de tabaco. Muchos años de seguimiento de costumbres modos de vida, reacciones, look enfermedades y posibles consecuencias en todo consumidor de tabaco, en ex fumadores y en no fumadores, y tras infinidad de análisis de pulmones, hígados, laringes, bocas, cobayas y demás vísceras de fumadores, ex y no, han llegado a la sorprendente conclusión de que el dejar de fumar- produce obesidad, sueño y una inquietud a veces incontrolada que se traduce en menor rendimiento en el traba o, desconcentración en los ratos de ocio y malas posturas. Como consecuencia de éstas sobrevienen las rozaduras, rasguños y finalmente las almorranas.

Según el doctor No, cuando uno deja de fumar se encuentra con que le sobran manos, las esperas del autobús o del taxi se hacen aburridas e interminables, se engorda comiendo pipas y las costumbres van cambiando. A partir de entonces, el nuevo ex comienza a rascarse por todas partes, no encuentra sitio en la silla y se desespera. Se sienta, se levanta, recorre el asiento una y mil veces y, en definitiva, arrastra el trasero de mala manera. Como cada vez está más gordo, sus flácidas carnes sufren progresivamente. Y así surgen las almorranas.

Pero estos investigadores, para informar al personal de su descubrimiento, mantienen una desigual lucha contra los nuevos 007 con licencia para matar el gusanillo de la famosa planta virginiana o de Vuelta Abajo.

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