Datos concretos sobre las armas del 'caso Brouard' avalaron la pista del confidente de Rosino

Un confidente de Antonio Rosino, primer policía encargado de la investigación del caso Brouard, facilitó al comisario datos muy concretos sobre las armas utilizadas en el asesinato de dirigente de Herri Batasuna, así como detalles sobre el crimen y sus autores sólo al alcance de alguien que disponía de información directa sobre el caso. Las armas habían sido dejadas en el lugar del atentado por los asesinos.

Rosino, quien comprobó que la información del confidente era absolutamente fiable, montó una operación policial para detener a los autores que hubo de retrasar cuatro días. En esos días, según Rosino, el fiscal Valerio Martínez de Muniaín realizó unas polémicas declaraciones que provocaron la desaparición del confidente.El comisario Rosino obtuvo a través de este citado colaborador, cuya identidad afirma desconocer, información precisa de las armas con que se cometió el atentado y cuyos autores dejaron en la consulta del médico pediatra y dirigente de HB, Santiago Brouard.

Los datos del confidente sobre las armas no estaban al alcance de nadie que estuviera fuera del entramado del caso lo cual convenció al policía de que la pista era segura al máximo.

El comisario de policía comentó esta información al primer juez del caso, Arturo González Yagüe y al fiscal Emilio Valerio Martínez, quienes en un principio confiaron en la pista que les proporcionó Rosino.

El comisario rebajó de 10 a 5 millones la cifra que le había pedido su confidente por esa información y una vez que la operación policial se hubiese llevado a cabo. Este último extremo seguía manteniendo la confianza del policía en el desconocido y espontáneo colaborador.

Rosino asegura que ese confidente debía ser alguien que le conocía a través de otros colaboradores o policías porque sabía cuál era su forma de trabajar y especialmente su trato a los informadores.

Enfrentamiento

La operación prevista para detener a los autores del asesinato hubo de ser retrasada cuatro días, lo que en opinión de Rosino suele ser normal en cualquier investigación. Sin embargo, en este caso ese retraso provocó una inexplicable desconfianza del fiscal Valerio Martínez.Rosino reconoce que en este punto de la investigación tuvo serios enfrentamientos con Valerio Martínez que empezaba a desconfiar del policía "cuando fui yo mismo quien le comenté mis datos". Rosino afirma que "si hubiese tenido algo que ocultar no le hubiera facilitado ningún detalle desde el principio de la investigación".

Durante esos días de retraso, según Rosino, el fiscal realizó unas declaraciones a los medios de comunicación que levantaron prácticamente la pista y provocaron que el confidente no volviera a entrar en contacto con el comisario.

El policía y él fiscal llegaron a tener un enfrentamiento físico y verbal en el despacho del juez, Yagüe, quien una vez finalizado comentó a Valerio Martínez que no había visto ni escuchado nada.

El comisario Rosino asegura, ante la insistencia de este periódico, que siempre ha desconocido la identidad del confidente y que éste nunca se volvió a poner en contacto con él. Ayer no fue localizado el fiscal para solicitar su opinión sobre el caso.