Sindicatos y socialismo

Al atacar directamente la manera en que la Administración socialista de Felipe González ha gobernado el país en los últimos seis años, la huelga condicionará la política española en el futuro y durante algún tiempo. La tarea actual de González es reforzar el desarrollo de un movimiento sindical auténticamente representativo, capaz de desempeñar una función positiva en el fortalecimiento de la democracia. Es un reto histórico.El reto más urgente que afronta ahora Felipe González es restaurar el diálogo con los sindicatos en torno a la política económica, en términos de una búsqueda de consenso y no de un conflicto. Irónicamente, incluso los huelguistas se quejan de que el Gobierno socialista ha usurpado la función de la negociación libre entre empresarios y trabajadores con su insistencia obsesiva de mantener a la baja los salarios para combatir la inflación.

En España la afiliación sindical es baja, menos del 10% de los trabajadores, debido a dos factores. El primero es el rechazo tradicional que muchos españoles tienen a participar en organizaciones sociales, cosa que en parte refleja la reciente historia de la dictadura. El segundo es la elevada tasa de desempleo, el 19% actualmente, que efectivamente recorta la militancia sindical. Pero la negativa gubernamental a hacer concesiones significativas a los sindicatos parece relegarlos a una función completamente insignificante.

, 20 de diciembre