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Los gemidos surgen aún bajo las ruinas de Leninakan

Pilar Bonet

Gemidos y gritos de socorro surgían aún ayer entre las ruinas de la destruida ciudad armenia de Uninakán cinco días después de haberse producido el mayor terremoto de la historia del Cáucaso, a cuyas decenas de miles de muertos (45.000 según las últimas estimaciones) había que añadir las 85 víctimas de dos catástrofes aéreas sucesivas durante los servicios de socorro. La primera, el domingo por la mañana, afectó a un avión de transporte militar soviético con 78 personas a bordo. La segunda, en la madrugada del domingo al lunes, a un avión yugoslavo con un equipo de siete personas a bordo.

Sobre un escenario de destrucción y muerte, las tensiones nacionalistas que se mantienen en el Cáucaso han irritado visiblemente a Mijail Gorbachov, quien no disimuló su desagrado ante las preguntas sobre Nagorno-Karabaj que le fueron planteadas en Eriván tras una visita a la zona siniestrada.Gorbachov comentó la incidencia en una entrevista transmitida por la televisión soviética el domingo por la noche y afirmó que Nagorno-Karabaj es un tema utilizado por gente .sucia, demagógica políticamente, aventurera y, sobre todo, corrupta". El líder acusó a ambas partes, armenios y azeríes, de utilizar el problema de Nagorno-Karabaj en una lucha de poder, sin compromiso y a muerte.

Cinco personas, de un total de 22 detenidos, fueron condenadas a penas de arresto de 30 días por su participación en una manifestación el sábado en Eriván, según manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Exteriores Soviético, Guenadi Guerasimov. La manifestación, en la que tomaron parte 600 personas, fue organizada por el Comité Karabaj, el grupo armenio que lucha por la incorporación a Armenia de la región perteneciente administrativamente a Azerbaiyán.

Los portavoces oficiales en Moscú no pudieron confirmar si efectivamente se habían registrado manifestaciones de júbilo en Baku al conocerse la noticia del terremoto en Armenia.

En la manifestación de Eriván se gritaron consignas contra la acción de Moscú, entendiendo por tal la iniciativa de confiar niños armenios a familias en territorio ruso. Muchas familias soviéticas, de diferentes nacionalidades, se han ofrecido a acoger en sus casas a los niños que han perdido a sus padres y próximos en la catástrofe.

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Armenia era de 300.000 personas, según manifestó Gorbachov el domingo. Armenia no puede garantizar, pues, un techo para, el medio millón de personas que se han quedado sin hogar. A pesar de ello, la gente, y sobre todo aquellos que han perdido a sus parientes, se resisten a marcharse.

Evacuación lenta

"La evacuación funciona muy lentamente", manifestó ayer L. Bibin, presidente del comité de construcción. Sucede, según manifesté, el vicepresidente del Ministerio) de Aviación Civil, B. Paniukov, que son los parientes quienes acuden a los lugares de destrucción. Leninakán ha sido destruida en un 80%, Spitak en un ciento por ciento y Kirovabad en un 20%. Según la radio soviética, la mitad de los habitantes de Spitak se encuentran aún bajo las ruinas.El número total de hospitalizados era ayer de 5.780, según datos del Ministerio de Sanidad. De ellos, 4.410 se hallaban en Eriván y el resto repartidos entre diversos puntos. A Moscú habían sido traídos los heridos más graves, 139 personas, 25 de las cuales eran niños y un total de cuatro habían muerto.

Valentín Nikifrov, viceministro de Exteriores, confirmó que ayer se oían gritos procedentes de las personas enterradas vivas entre los escombros. "Con cada día los gemidos se hacen más débiles", dijo Guerasimov.

Las gentes deambulan entre los escombros de sus hogares tratando de detectar la voz de una hermama, un padre, un hermano desaparecido, afirmaba ayer el periodista soviético VIadimir Egorov en un reportaje de la agencia Tass fechado en Leninakán.

Más de 5.000 personas han sido sacadas con vida de las ruinas. El 11 de diciembre, las unidades de defensa civil soviéticas sacaron a 40 personas vivas y 70 cadáveres. El mismo día, el ejército rescató a 316 personas, de las cuales 102 estaban vivas.

Los vuelos nocturnos a Eriván continuarán pese a las dos catástrofes aéreas ocurridas en los últimos días por aviones que participaban en operaciones de socorro. Así lo hizo saber ayer el viceministro de Aviación Civil, Boris Paniukov, quien aseguré que el aeropuerto de Eriván reúne todas las condiciones para asegurar el tráfico aéreo.

Ayer llegaba a Moscú un segundo contingente de ayuda española. Se trataba de 400 filtros y líneas de diálisis enviados por el Ministerio de Sanidad en un vuelo de Aeroflot procedente de Madrid. El primer envío español llegó el 10 de diciembre y cosnistía en 6.000 kilos de medicinas, 125 camas de campaña, 100 botiquines, 150 camillas que fueron facturados a través de la Cruz Roja por el Gobierno español.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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