El hombre del perrito
José Nelson Matta, acaudalado hermano de narcotraficante y socio de empresarios coruñeses
José Nelson Ballesteros Matta era un acaudalado suramericano que no suscitaba en La Coruña más cotilleos que los dedicados a los nuevos ricos, hasta que apareció fotografiado mientras paseaba al perro de su mujer, un yorkshire. Aquel día, 29 de noviembre, los coruñeses supieron que José Nelson, con los apellidos en orden inverso, era hermano de Juan Ramón Matta Ballesteros, un famoso traficante detenido en EE UU por haber torturado y matado a un policía antidroga, y que los apellidos familiares, en cualquier orden, figuraban en las listas de policías y periodistas especializados en narcotráfico. También se enteraron de que no estaba precisamente de paso en la ciudad.
El yorkshire era el último intento del esfuerzo de integración un tanto fallido, del matrimonio Matta en la buena sociedad coruñesa. El primero había sido la asistencia a la boda de Víctor Moro hijo y Mariquita Morros, un enlace de tronío en el que es tuvo Jordi Pujol, presidente de la Generalitat. Víctor Moro padre -ex director general de Pesca- desmintió luego que se hubiese invitado a Nelson y a Rosita, en una nota que finalizaba con un "¡puerca política la que padecéis!". La integración económica en La Coruña no ofreció, sin embargo, problemas.Jesús Louzao Pardo sí es una persona conocida, una fuerza viva empresarial. Prototipo del gallego pertinaz, que gusta de rememorar viejos tiempos, según un colega de aquellas épocas, alardeaba pícaramente de su método de aumentar la clientela del taller de reparaciones que tuvo en una plaza norteafricana: pagar a un moro para que produjera desperfectos en los coches. Con todo Louzao atravesó una crisis hasta que llegó capital fresco a la ciudad. Ahora está asociado con los Matta en tres concesionarias de coches de lujo; y en una de ellas, Briocar, también lo está con los hermanos Fernández Espina, emigrantes asturianos retornados y propietarios de la cadena hotelera Celuisma, que ya habían sido relacionados en varias informaciones con el blanqueo de dinero procedente de la cocaína.
"Manolo, ¿tú sabías algo?", preguntaba en la mañana del 29 un repartidor al camarero de una cafetería de la zona de negocios coruñesa. "Hombre", respondía Manolo inclinándose sobre la barra, "lo de los asturianos del hotel...". Los Fernández Espina, propietarios del hotel Rías Altas, en la playa de Santa Cristina (Oleiros), de Los Tilos, en Santiago, y de otros siete en España y Suramérica, habían llegado a La Coruña durante el mandato del anterior alcalde, Joaquín López Menéndez, pariente suyo. Incluso un arquitecto municipal coruñés realizó el proyecto de una piscina para el hotel, que contó con la correspondiente licencia del Ayuntamiento de Oleiros a pesar de estar suspendidas por tramitación del Plan de Ordenación Urbana.
Además de a la venta de coches, Jesús Louzao Pardo se dedica a actividades inmobiliarias. Alrededor de 1986 constituyó varias empresas con socios de tipología muy distinta a los del ramo del automóvil. Según sus propias palabras en un remitido publicitario, "son personas y sociedades de reconocido prestigio en el ámbito local, regional y nacional".
Aporzansa, Aparcamientos Miño y Aparcamientos Pontevedra, SA, son sociedades anónimas concesionarias de estacionamientos subterráneos en La Coruña, Lugo, Santiago y Pontevedra, cuya construcción y adjudicación fueron polémicas. En varias son socios minoritarios el presidente de la Diputación de Pontevedra, José Cuiña, el yerno del ex presidente gallego Gerardo Fernández Albor y otros cargos de Alianza Popular. Pero la construcción pública gallega alcanzó su punto culminante en La Coruña con la llegada del socialista Francisco Vázquez al palacio municipal de María Pita. La polémica urbanística, también. No en vano poco antes de acceder a la alcaldía había logrado impedir que los votos de los concejales socialistas refrendasen el Plan General de Ordenación Urbana.
"La Coruña despega"
Vázquez, un alcalde vocacional y carismático que gusta de ser llamado Paco y admira a De Gaulle, apostó por los grandes proyectos urbanísticos como sistema de recuperar el esplendor de cuando la ciudad era una de las capitales veraniegas del país, y le dio nombre al envite: "La Coruña despega". El 10 de noviembre de 1984, en un solo pleno, el Gobierno municipal socialista logró aprobar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la concesión a una empresa de Dragados y Construcciones de ocho aparcamientos subterráneos en plazas públicas y una permuta de terrenos para la instalación de El Corte Inglés.Ese día consiguió también la adhesión incondicional del Grupo Popular durante el resto de la legislatura para desarrollar una política de proyectos arriesgados, espectaculares y con fuerte inversión privada, que la escasa oposición que siempre tuvo calificó de "faraónica", realizada a base de "trajes a medida" de algunas sociedades y empresarios mediante la infravaloración de las aportaciones municipales (por lo general, terrenos), y siempre en el borde de la legalidad. Según una interpelación del nacionalista Xosé Manuel Beiras en el Parlamento autónomo, el erario municipal perdió con estas operaciones 243.000 millones. En las últimas elecciones, Francisco Vázquez obtuvo el segundo mejor resultado de todas las ciudades españolas.
En este contexto, Louzao adquirió las acciones de Aporzansa, concesionaria desde 1969 del aparcamiento de la plaza de Pontevedra de La Coruña, y obtuvo una renovación sui generis de la concesión a pesar de un informe negativo de los técnicos municipales y de la advertencia de un concejal socialista independiente, en la sesión plenaria en que se aprobó, de que "detrás puede haber dinero blanqueado".
El proyecto de la plaza de Pontevedra lo realizó el Taller de Arquitectura y Urbanismo (TAU), cuyo consejero delega do es Antonio Vázquez Liñeiro, un personaje controvertido, militante del CDS y a quien se considera afín al PSOE, que concita las iras de la delegación coruñesa del Colegio de Arquitectos de Galicia por dirigir el estudio careciendo del título de delineante aparejador o arquitecto. El TAU, asociado al estudio del arquitecto Ricard Bofill en el proyecto de paseo marítimo coruñés, ha contratado con el Ayuntamiento de Lugo el anteproyecto del Complejo del Miño, una verdadera ciudad residencial junto al río. Asimismo, realizará el Coliseo Cultural y el Palacio de Congresos, ambos proyectados en La Coruña y con presupuestos en su mayor parte a cargo de la Xunta, que superan los 1.000 millones de pesetas.
Liñeiro, el único de los relacionados en las informaciones periodísticas que ha realizado declaraciones, afirma: "Ni la Xunta, ni el Ayuntamiento de La Coruña, ni ningún organismo de la Administración central o autonómica nos han hecho encargo alguno. Las adjudicaciones directas que han hecho no han sido al TAU. Lo que pasa es que nuestro estudio es posiblemente el único de Galicia que puede acometer proyectos tales sin subcontratar funciones, y los inversores privados lo saben". Según explicaron miembros del TAU en una conferencia de prensa, el Palacio de Congresos, el Coliseo y el aparcamiento de la plaza de Pontevedra fueron encargos de los adjudicatarios de la construcción, Dragados y Construcciones, en los dos últimos casos. "Con Louzao y el alcalde Francisco Vázquez tengo trato de amistad gracias precisamente a ese encargo del aparcamiento", añade Liñeiro.
Intereses comunes
El concesionario del Palacio de Congresos es José Collazo Mato, sólido empresario de un sector que también suele tener problemas para dar salida legal a las ganancias: el juego. La adjudicación, objeto asimismo de denuncias judiciales, la obtuvo Collazo porque fue el único que cumplió la condición de aportar 450 millones de pesetas para su construcción, la misma cantidad a la que había renunciado el Ayuntamiento en acciones que le correspondían del casino del Atlántico, propiedad de Collazo. Los terrenos para el Palacio de Congresos los obtuvo el Ayuntamiento del propio Collazo, entregando a cambio terrenos públicos.El segundo sobresalto de la buena conciencia de los coruñeses fue saber que la esposa del jefe de la Brigada de Estupefacientes, la viuda de otro agente del mismo departamento y la mujer de un ex policía, hoy jefe de seguridad del casino, eran socias minoritarias del empresario Collazo en Recreativos del Mont Blanc, una minicadena de salones de tragaperras. No son los únicos intereses comunes: Collazo y Louzao los tienen también en el sector inmobiliario. Todo parece encajar y el círculo se cierra.
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