El ministro de Defensa de la RDA defiende la protección militar del socialismo
El ministro de Defensa de la República Democrática Alemana (RDA), el general Heinz Kessler, ha advertido que, dentro del proceso de desarme, los países socialistas no pueden olvidar que es y seguirá siendo indispensable garantizar en todo momento la protección militar del socialismo".Estas declaraciones parecen confirmar que, si bien la RDA apoya aún plenamente la política exterior soviética, en el seno de su Ejercito causa inquietud la dinámica que ha impuesto al proceso de desarme el máximo dirigente soviético. El jefe del Estado de la RDA, Erich Honecker, calificó las propuestas soviéticas de "históricas" y expresó su pleno apoyo a las mismas.
En un discurso ante una unidad de la Marina alemana oriental, publicado ayer en el órgano del partido comunista Neues Deutschland, Kessler saludó también las nuevas iniciativas soviéticas, que incluyen la retirada de parte de sus tropas estacionadas en la RDA, pero insistió en la necesidad de garantías militares para "un orden económicamente sano, política e ideológicamente firme y protegido de manera segura". Las declaraciones de Kessler se produjeron un día después del anuncio de nuevas propuestas de desarme convencional por parte de Mijail Gorbachov ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y de la sorprendente dimisión del jefe del Estado Mayor soviético, el mariscal Serguel Ajromeiev.
En la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que se celebra en Viena, delegados occidentales expresaron su convicción de que las declaraciones de Kessler son un indicio más de que el aparato militar del Pacto de Varsovia alberga reservas sobre la necesidad y oportunidad de las medidas de desarme anunciadas por Gorbachov. "Los militares son iguales en todas partes, en el Este y en la OTAN. Quieren dinero y armas. Cuando se les quitan sus juguetes, lloran". Según aseguraron, Gorbachov está imponiendo a gran velocidad el recorte de la influencia de los militares en la política de la URSS y el Pacto de Varsovia, que alcanzó bajo Breznev sus cotas más altas.
Kessler defendió la tesis, abandonada ya por la cúpula soviética, de que las relaciones Este-Oeste son una prolongación de la lucha de clases y apeló a la vigilancia activa contra los intentos de los "capitalistas que, siguiendo sus nociones de clase", intentan desestabilizar el sistema socialista. Su llamamiento a las fuerzas armadas a defender un "orden socialista política e ideológicamente firme" son también una advertencia a no permitir que la dinámica del desarme y el acercamiento entre los bloques debilite la óptica de clase y la vigilancia ideológica interna, que considera imprescindibles para defender al sistema contra la subversión.
El Estado socialista alemán, con su larga frontera con la RFA, se considera desde sus comienzos como el más expuesto a una agresión imperialista. Por ello, su propaganda, sobre todo en las escuelas, en favor de la vigilancia ideológica y de los puntales de la seguridad del Estado, el Ejército, la guardia de fronteras y los servicios secretos.
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