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El castigo de Alá

El anuncio por la televisión soviética, el miércoles por la noche, del devastador terremoto de Armenia hizo lanzarse a las calles de la capital de Azerbaiyán, Bakú, a jóvenes azeríes que se felicitaban por "el castigo inflingido por Alá a quienes han matado y echado de Armenia a sus hermanos azeríes", según indicaron varios testigos. Por otra parte, pese al terremoto, el flujo de refugiados entre Azerbaiyán y Armenia no ha bajado en intensidad."Masas de jóvenes imbéciles desfilaban el miércoles por la noche por las calles de Bakú felicitándose por lo que ellos creen que es un castigo de Alá", explicaba ayer por teléfono un habitante de Bakú de origen ucraniano.

Fuentes armenias se hicieron también eco de estas manifestaciones de alegría que desafiaron el toque de queda instaurado a raíz de los enfrentamientos étnicos entre los azeríes, de origen turco y religión musulmana shií, y los armenios cristianos. Según estas fuentes, en Kirovabán, la segunda ciudad de Azerbaiyán, donde en las pasadas semanas se produjeron varios muertos en los enfrentamientos entre las dos etnias, la manifestación fue masiva y acompañada por música.

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La Prensa oficial, sin embargo, ha insistido varias veces en que las autoridades de Azerbaiyán habían expresado sus condolencias y ofrecido todo tipo de ayuda a sus vecinos armenios. El Comité Karabaj, que pide la incorporación a Armenia de la región autónoma de Nagorno-Karabaj, que pertenece a Azerbaiyán pero que es mayoritariamente armenia, pidió el jueves a los medios de comunicación soviéticos que "pusieran fin a esta propaganda internacionalista barata y totalmente ineficaz".

Sigue el éxodo

El flujo de refugiados armenios escapando de Azerbaiyán no ha disminuido en absoluto. Según un periodista de la agencia Armenpress, "el mismo jueves, dos aviones llenos de armenios llegaron a Eriván [la capital de Armenia] provenientes de Bakú".

Según el Comité Karabaj, 11.000 armenios han escapado de Azerbaiyán entre el miércoles y el jueves, en avión, en automóvil o en tren. La línea férrea entre Bakú y Eriván había sido reabierta hace escasamente una semana.

Armenia se enfrentaba ya antes del terremoto al grave problema de cómo alojar a los más de 100.000 emigrantes que han llegado en los últimos 10 meses. Ahora se suman a las casi 400.000 personas que se estima que han quedado sin hogar.

Por otra parte, los tres distritos del norte de Armenia, situados justo en la frontera con Georgia y encima de la zona afectada por el seísmo, cuentan con una importante población azerí. Ha sido precisamente en ellos donde se han producido los incidentes antiazeríes en las últimas semanas, y el Ejército mantiene en ellos el toque de queda que se impuso el pasado lunes.

Sin embargo, los ataques contra armenlos en distintas zonas de Azerbaiyán han seguido produciéndose incluso después del seísmo, según el Comité Karabaj, lo que ha sido admitido incluso por fuentes oficiales.

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