Hungría y Dubcek

La entrevista con Rakowski se produce poco antes de que viaje a la República Democrática Alemana (RDA), donde las reformas polaca, húngara y soviética disgustan cada vez más. ¿No cree el primer ministro polaco que en su país, sin pluralismo real, la evolución guiada por un poder fuerte corre el riesgo de suscitar una revolución?R. Esto nos lo dirá la historia. Las reformas requieren tiempo para ser profundas e irreversibles. ¿Cómo podrá cambiar un día nuestro sistema institucional? Ya lo veremos: pienso que seguirá siendo socialista y, quién sabe, quizá un día haya dos bloques; por un lado el POUP y, por el otro, una coalición de oposición moderada que controle, digamos, el 40% de los escaños.

P. Los dirigentes húngaros dicen que están dispuestos a arriesgarse a perder unas elecciones libres. ¿Y ustedes?

R. Veremos cómo reformar adecuadamente la ley electoral. Digamos sólo que el sistema cambiará profundamente, pero manteniéndose socialista, y que nos opondremos a la anarquía. Cualquier interlocutor razonable me escuchará si digo que sin una Polonia estable no habrá opciones ni para Europa ni para el futuro de la reforma del socialismo.

P. ¿Cómo juzga la reaparición de Alexander Dubcek en Bolonia?

R. Es una confirmación de mi tesis acerca de cuánto está cambiando el mundo, de cuándo debe producirse el cambio con criterios adecuados, con gente de diferentes opiniones.

La ayuda de Occidente

P. Dubcek ha pedido a Occidente que ayude a Gorbachov. ¿Usted qué pide a Occidente, y cómo juzga el debate entre quienes están dispuestos a concederles ayudas enseguida y quienes, en cambio, les exigen reformas políticas inmediatas?

R. Puedo decirle que considero muy realista y aprecio profundamente las opiniones y las decisiones de los estadistas italianos, y que con Roma mantenemos excelentes relaciones. Me pregunto, viendo a esos políticos occidentales que siguen otras decisiones, si Occidente ha renunciado a esa que desde aquí parece una política de presiones. Si percibimos ciertas tomas de posición como la voluntad de dictarnos condiciones, ello no ayudará ala perestroika. Espero una ayuda en nuestras negociaciones sobre la deuda con el Club de París.

P. ¿Cuántos meses o años de Gobierno de Rakowski desea para Polonia, y cuántos cree que serán?

R. No importa mi destino personal sino el éxito de las reformas. Con ese fin hacen falta algunos años, de dos a cuatro, pero si así será, ¿quién podrá decirlo? No hay una respuesta única a la pregunta de qué será el mundo socialista de aquí a 1992.