El Rey llama al entendimiento a las instituciones y a los poderes para servir a la sociedad.

El rey Juan Carlos hizo ayer una llamada al Gobierno y a la oposición para que en su deber de elaborar las leyes prevalezca el sentido democrático, así como a los poderes del Estado para que se guarden respeto mutuo. "Nada sería tan doloroso como percibir que el Estado -que debe ser austero y ejemplar en sus comportamientos- pueda dejar de cumplir sus fines al servicio de la sociedad por una falta de entendimiento de sus propias instituciones", dijo el Rey durante el discurso conmemorativo del 10º aniversario de la Constitución que pronunció ante el Congreso. El presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, consideró que, a la vista de los años transcurridos, "es forzoso" decir que hay motivos para la esperanza.

Para el Rey, estos 10 años de etapa constitucional deben servir como punto de partida y pidió a los parlamentarios que así los tomaran. "Os pido que todos juntos consideremos este aniversario como un nuevo punto de partida que nos permita la autocrítica sincera de nuestra actuación pasada y la decisión de entregarnos sin reserva a la labor futura".En el terreno de las sugerencias, el Rey manifestó: "Debéis elaborar las leyes con el convencimiento de que el sentido democrático ha de prevalecer tanto en el Gobierno como en la oposición, y con la idea de que la iniciativa y la rectificación constructivas sólo son posibles dentro del respeto mutuo de los poderes del Estado".

"Nada sería tan doloroso", continuó el Rey, "para nuestro destino como percibir que el Estado pueda dejar de cumplir sus fines al servicio de la sociedad por una falta de entendimiento de sus propias instituciones".

El Rey afirmó la necesidad de un Estado fuerte, imaginativo, generoso y austero, "íntegro y ejemplar en sus comportamientos. Un Estado que sea para los ciudadanos fuente de soluciones y estímulo para la convivencia social. Un Estado que defienda los valores recogidos en la Constitución y los apoye en cada ciudadano con vigor y efectividad".

Don Juan Carlos interpreta que los ciudadanos piden a las instuciones que afronten los problemas "procurando el diálogo sincero y los acuerdos en armonía". "Estos 10 años", añadió, "nos han enseñado cómo el pueblo quiere que las personas y las instituciones en las que confía y a las que entrega la dirección de los destinos de la nación no desfallezca en ningún momento, estén siempre vigilantes, activas y dispuestas para enfrentarse a los problemas políticos, sociales y económicos, y busquen para solucionarlos las definiciones y las alternativas más acertadas, procurando el diálogo sincero y los acuerdos en armonía".

El Rey dijo que cuando esto no sucede "el pueblo lo demanda con espíritu de colaboración, pero también con la exigencia del que sabe: que no hay otra fórmula más segura que la democracia para convivir en un mundo moderno y civilizado". "Ésta es nuestra primera reflexión tras un camino no siempre fácil, pero en el que la satisfacción del deber cumplido ha de compensarnos de las tristezas, las decepciones y los defectos".

"Se nos presenta la gran ocasión", dijo el Rey también, "para que los españoles, que constituimos un gran pueblo y albergamos un gran tesoro de tradiciones, desarrollemos ahora en la Europa a la que pertenecemos nuestra innata creatividad, nuestro respeto por la libertad, nuestra vocación de fundadores de pueblos".

Antes de dirigirse a los parlamentarios y al Gobierno reunidos en el hemiciclo, tanto los constituyentes como los actuales, los Reyes colocaron la primera piedra en un solar contiguo al Congreso sobre el que se levantará una ampliación de la Cámara, cuyas obras terminarán en dos años. El secretario primero del Congreso, Ramón Vargas Machuca, leyó el acta oficial de la ceremonia. El Monarca dio la primera paletada de la obra e introdujo en la parte hueca de la piedra el acta de la ceremonia, un ejemplar de la Constitución de 1978 en estuche de plata, el Boletín Oficial de las Cortes de ayer y algunas monedas de curso legal.

Riesgo de rutina

Antes de la intervención del Rey, el presidente del Congreso, Félix Pons, dijo que el único riesgo que podía acechar hoy a la vitalidad constitucional y democrática "sería el del conformismo o el de la rutina". "Sería el de la confianza en que la democracia funciona por sí sola, impulsada por un cómodo mecanismo que nos libera de la responsabilidad de estimularla, desarrollarla, profundizarla y respetarla con todas nuestras actuaciones partidarias o institucionales, públicas o privadas".

"La Constitución", añadió "no es un mecanismo que funcione por sí solo. Necesita nutrirse todos los días con la voluntad de ser libres y de organizar permanentemente esa libertad, como base de dignidad y como marco de justicia y de progreso. Como norma de convivencia libre ha evidenciado su bondad y el acierto de las fuerzas constituyentes y del pueblo español al adoptarla. Mirando hacia estos 10 años transcurridos, es forzoso hacer un balance positivo y decir que hay motivos para la satisfacción y para la esperanza. No es poco constatar el arraigo de las libertades y la democracia a la sombra de un consenso en el que la transcencia de todos rompió los maleficios de las constituciones que hasta entonces habían estado al servicio de unos contra todos".

Pons se refirió a la necesidad de hacer una reflexión crítica sobre la década 78-88: "La capacidad para analizar fría y desapasionadamente ese pasado reciente (...) ha de ser consustancial para asentar el futuro sobre bases cada vez más firmes".

[Por otra parte, el Grupo Parlamentario de CDS pedirá hoy la convocatoria urgente de la Comisión de Control de RTVE para que comparezca en ella el editor de la segunda edición del Telediario, Pedro Piqueras, y explique porqué suprimió de su informativo todas las imágenes de Adolfo Suárez en los actos conmemorativos de la Constitución. Un portavoz del CDS calificó de "vergonzosa manipulación" la actitud de los informativos de TVE, informa Efe].