Encuentran en Madrid dos esculturas de Alberto Sánchez emparedadas en una buhardilla
Las obras, realizadas hacia 1930, se habían mantenido ocultas desde la guerra civil
Dos esculturas de Alberto Sánchez (Toledo, 1895-Moscú, 1962) fueron encontradas el pasado mes de julio emparedadas en una buhardilla en la calle Mira el Río, 3, de Madrid. Se trata de una cabeza de Góngora, de 80 centímetros de altura, y un altorrelieve que representa a una campesina. Ambas obras se encuentran actualmente en la vivienda que unos sobrinos del artista ocupan en el tercer piso del mismo edificio en el que han sido encontradas las esculturas.
Su viuda, Clara Sánchez, y su hijo, Alcaín Sánchez, no han presentado todavía ninguna reclamación legal sobre las obras. Clara Sánchez aseguró ayer a este periódico que está a la espera de poder ver las obras y que sus familiares le han informado que éstas se encuentran en el Centro de Arte Reina Soria. Sin embargo, responsables de este organismo y Josefina Alix, investigadora especializada en la obra de este artista, aseguran que las piezas se encuentran en el domicilio de una sobrina de Alberto Sánchez, en la misma casa en la que vivió el artista, justo debajo de su estudio. Josefina Alix va a registrar las obras en el inventario de la Comunidad Autónoma de Madrid a fin de que se garantice su conservación.Las dos esculturas pertenecen al período presurrealista de Sánchez. "Tanto por su valor artístico en sí", afirma Álix, "como por la aportación que suponen para un mejor conocimiento de Alberto Sánchez, las dos obras pueden calificarse de muy importantes. Están realizadas en yeso, porque es el único material que entonces trabajaba este artista, y en ellas se aprecian ya trazados de lo que sería su etapa más importante". De esta etapa sólo existen nueve piezas inventariadas.
Las dos esculturas fueron descubiertas de manera puramente casual por un vecino de uno de los terceros pisos del inmueble en el que se encontraban las piezas. El vecino notó que se le hundía el techo, y, después de llamar a los albañiles, bajaron las esculturas. Éstas fueron reclamadas por los familiares de Alberto Sánchez que actualmente ocupan el mismo piso en el que vivió la familia del artista.
Según cuenta Josefina Alix, la familia de Alberto Sánchez se trasladó de Toledo a Madrid y se instaló en un tercer piso, que ahora ocupan unos sobrinos del artista en la calle Mira el Río, en el número 3. Dada la escasez de espacio (convivía con sus hermanos Julián y Petra y los hijos de ésta), Sánchez utilizó una buhardilla del edificio como estudio. Allí trabajó hasta que en 1936 se casó y se trasladó con su mujer a un pequeño piso de la calle Joaquín María López. Trasladó allí algunas piezas, pero otras quedaron en la buhardilla. El estallido de la guerra civil y su viaje a París para trabajar en la Exposición Universal de París de 1937 -donde él contribuyó con una de sus más celebradas obras, El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella- impidieron que Alberto Sánchez se ocupara de recuperar sus obras. De París viajó a Valencia y de ahí se trasladó a Moscú, ciudad en la que permanecería hasta su muerte, en 1962.
No se sabe si por razones estéticas o por miedo a que la obra fuera descubierta durante el franquismo, los familiares de Alberto Sánchez levantaron dos muros en las dos esquinas de la buhardilla y en ambos lados ocultaron las obras ahora descubiertas.
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