El embajador rumano en Madrid niega que su país tenga problemas étnicos

El embajador rumano en Madrid, Jea Moncea, destacó ayer, refiriéndose a las relaciones entre Rumanía y Hungría, "que no hay problema que no se pueda resolver por medio del diálogo", pero añadió que su Gobierno "no va a tolerar injerencias de nadie en sus asuntos internos". Aseguró también que las minorías étnicas en su país "no sólo gozan de los derechos de cualquier ciudadano rumano, sino de privilegios como son el de poder disfrutar de colegios, teatros y óperas en sus respectivos idiomas".Moncea negó que el plan de sistematización económica propuesto por el presidente Nicolae Ceaucescu para las áreas rurales prevea la destrucción de poblados y el traslado de campesinos. "Nosotros no destruimos sino que construimos", subrayó.

El embajador hizo estas declaraciones con ocasión de la conmemoración del 70º aniversario de la creación del Estado rumano que se celebra el próximo jueves. Según Moncea, las informaciones referentes a que este supuesto plan de reorganización económica tiene como objetivo atacar las minorías húngaras en su país, "es falso y sin fundamento". Según el representante rumano, este plan incluye, por el contrario, "la mejora del nivel de vida de las áreas rurales y bloquear el flujo de la emigración a las urbanas".