Vía libre para la reforma de la sociedad argelina
Chadli Benyedid, que en 1979 y 1984 fue elegido el frente dei Estado argelino por su carácter de hombre de compromiso entre las facciones ortodoxas y reformistas dei régimen, consiguió en la noche del pasado lunes amplios poderes para llevar adelante su política de apertura de la sociedad argelina. Benyedid, de 60 años de edad, fue elegido candidato único para un tercer mandato presidencial por el congreso dei Frente de liberación Nacional (FLN), que, no sin reticencias de buena parte de los delegados, aprobó sin enmendar una coma su proyecto de cambio.
La gran mayoría del pueblo argelino expresaba ayer su satisfacción por la victoria conseguida por Benyedid, aunque los sectores de vanguardia en la lucha por la democracia lamentaban el retraso impuesto por el congreso del FLN a la instauración del multipartidismo en Argelia. El congreso del partido único, que ahora pretende abrirse a diversas tendencias, eliminó, asimismo, del comité central a numerosos partidarios de Cherif Mesadla, considerado cabeza de la vieja guardia y el hombre fuerte del aparato del partido hasta poco después de las masivas protestas juveniles del pasado octubre.Mesadia, no obstante, permanece en el comité central, y cuando su nombre fue pronunciado en voz alta, recibió muchos aplausos. El congreso, estimaban ayer los observadores, sólo aceptó el "reformismo" de Benyedid por el apoyo indudable que tiene de las fuerzas armadas. Los ciudadanos ven a Benyedid como un dirigente honesto y bienintencionado, pero no lo suficientemente enérgico con los que, dentro del régimen, han torpedeado en la última década sus múltiples esfuerzos por conseguir un cambio en la política y economía argelinas. El presidente da de sí mismo una imagen que coincide con la de su pueblo. Al término de su discurso de apertura del congreso dei FLN citó una frase de una canción de Um Kehum: "Devolvedme mi libertad; ya os he dado todo y no tengo más que ofrecer". Parecía as¡ expresar un sincero deseo de abandonar sus responsabilidades políticas.
Pero Argelia no tiene otra alternativa que el hombre que en el citado discurso pronunció frases como "sabéis que nunca he buscado el poder", "cuando he dado mi opinión a los responsables del partido y del Estado acerca de que debíamos decir la verdad al pueblo no he encontrado ningún eco", "he propuesto reformas económicas y lamento decir que no he tenido la adhesión que deseaba", y "si algunos huyen de sus responsabilidades, yo, en razón de mi cargo, no puedo".
Benyedid presentó un cuadro realista de la mala situación del país, que atribuyó a la herencia de mala gestión que recibió y a los rígidos moldes burocráticos y fuertemente ideologizados dei socialismo bumedianista. "En las circunstancias actuales", confesó, "tengo necesidad de soporte moral y político".
A propósito de los sucesos de octubre, el candidato único a las elecciones presidenciales anticipadas al próximo 22 de diciembre dijo: "Las fuerzas armadas salvaron nuestra patria de la catástrofe y de la guerra civil". Acto seguido se mostró consternado por las denuncias de las torturas sufridas por algunos.
Nacido en el este de Argelia, en una familia campesina, Benyedid se incorporó al FLN y a la guerra de liberación en 1955, y pronto adquirió el rango de coronel en el entonces Ejército Guerrillero Argelino. Durante los casi tres lustros que duró la presídeneia de Huari Bumedian, Benyedid desempeñó la jefatura militar de la región de Orán.
Tras la muerte de Bumedian, fue elegido como candidato de compromiso a propuesta del Ejército y, en particular, del jefe de los servicios de información militares y actual jefe del Gobierno, Kasdi Merbah.
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