La 'cumbre' de Rodas promete desarrollarse en paz
Presidida por un primer ministro griego convaleciente, Andreas Papandreu, y, con un orden del día expurgado de varios temas conflictivos, la cumbre europea de Rodas (Grecia) debería ser pacífica comparada con algunas anteriores y con la que tendrá lugar en Madrid en junio del año próximo. Aún así, la evocación de la dimensión social del mercado único y el debate sobre la armonización de la fiscalidad comunitaria pueden enturbiar el ambiente enfrentando, como ha ocurrido en otras ocasiones, a la primera ministra británica, Margaret Thatcher, con el resto de sus homólogos de la Comunidad Europea.
Un jefe de Estado, Frangois Mitterrand, y 11 jefes de Gobierno asistirán el viernes y el sábado, en la isla griega de Rodas, a un Consejo Europeo en el que podrán constatar que, como recalcó ayer el presidente Jacques Delors, "la casa está en orden" y la reforma de la financiación de la CE, acordada en la cumbre de Bruselas hace nueve meses, ha sido puesta en práctica.A pesar de las presiones amistosas que ha recibido la presidencia griega, tiene interés en mantener en la agenda algunos temas peculiares que le atañen especialmente, como los problemas de las regiones insulares y la polémica dimensión social del mercado único que el Reino Unido se resiste a discutir porque, decía el secretario del Foreign Office, Geoffrey Howe, "cada país tiene que seguir siendo soberano a la hora de organizar sus relaciones sociales e industriales".
Atenas hubiese deseado que el comisario español Manuel Marín, responsable de los asuntos sociales, sometiese un informe al Consejo Europeo, pero para evitar dar pie a la polémica Delors la ha disuadido. "No veo la utilidad de discutir de ello en Rodas", afirmó ayer el presidente de la Comisión Europea, porque "hay que avanzar paso a paso e impedir las disputas ideológicas". "Si se considera que una cumbre animada es una cumbre donde las delegaciones se pelean", añadía, por su parte, ayer el viceministro griego de Exteriores, Theodoros Pángalos, "ésta no lo será".
Conflictos aplazados
La delicada cuestión de la dimensión social, como la de la unión monetaria, han quedado aplazadas hasta la cumbre de Madrid, pero aun así la armonización fiscal puede dar lugar a ásperas discusiones en la isla porque Thatcher, tímidamente respaldada por su colega danés P. Schlueter, también se singulariza por su oposición a un proyecto que le obligaría a gravar los alimentos y la ropa para niños. Delors espera, no obstante, que en Rodas los doce "den un impulso a la propuesta" de su Ejecutivo. La táctica de Delors y de algunos jefes de Gobierno ha consistido, sin embargo, en evitar, "por ahora, en la medida de lo posible, poner sobre el tapete temas espinosos que disgusten a Thatcher y que puedan paralizar a la CE". Después de que la primera ministra pronunciase en Brujas un discurso, en el que formuló una visión restrictiva de la construcción europea, el presidente de la Comisión rehusó contestarle. "Les dejo que elijan", dijo ayer a la Prensa, si con el silencio "he estado al servicio de mi cargo o he sido un cobarde".
Su cautela a la hora de juzgar en público a la dama de hierro no le ha impedido afirmar más de una vez después del verano, aunque en su conferencia de prensa se abstuvo de repetirlo, que la CE se encuentra "en un período de precrisis" a causa de las dudas de algunos de sus miembros sobre el verdadero alcance de la construcción europea. La alusión al Reino Unido no puede ser más transparente.
Después de haber ordenado su casa, según la expresión de Delors, los doce, que pueden enzarzarse a principios de enero en una guerra comercial con Washington a propósito de la carne tratada con hormonas, se esforzarán por mejorar su imagen externa formulando una declaración sobre el papel internacional de la CE en la que apaciguarán los temores que suscita en EE UU y en Extremo Oriente la creación de un mercado único supuestamente proteccionista y al que se compara a veces con una fortaleza medieval. "Les tranquilizaremos"', enfatizó Pángalos.
"El mercado único", indica el borrador del texto, "incluye a los países de la Comunidad y a los no comunitarios". "El mercado único no se cerrará sobre sí mismo". "La Europa de 1992 no será una fortaleza, sino un socio". "El mercado único será un factor decisivo que contribuirá a una mayor liberalización del comercio internacional ( ... )".
"Contactos estrechos serán desarrollados con EE UU", pro sigue el texto, dirigiéndose esta vez específicamente a la nueva Administración norteamericana, "con el propósito de mantener y ampliar las sólidas relaciones trasatlánticas, que revisten una importancia mutua vital, sobre una base equilibrada...".
Si este mensaje está más bien dirigido a los países occidentales industrializados, el Este de Europa no será tampoco olvidado por una cumbre a la que el canciller alemán Helmut Kohl desearía convencer de la necesidad de apoyar a la perestroika. El documento final reiterará la voluntad de la CE de normalizar las relaciones entre ambos bloques, recalcando la necesidad de respetar el acta final de Helsinki, estableciendo un equilibrio de fuerzas convencionales en Europa y alentando el progreso de los derechos humanos.
Delors resaltó que el órgano ejecutivo que encabeza necesita rápidamente un marco político para negociar con la URSS el año próximo el acuerdo de comercio y cooperación que solicita la superpotencia y al que también aspiran otros países del bloque socialista que desean seguir el ejemplo de Hungría, que lo concluyó este otoño".
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