Un hacha detrás de la puerta

"Durante toda la noche he oído cómo los tanques circulaban una y otra vez por la calle y un hacha colgaba detrás de mi puerta. Los armenios de Bakú están muy asustados y organizan patrullas de autodefensa".Con estas palabras, transmitidas a Moscú a gritos desde un teléfono público de Bakú, un viajero soviético que había sido alojado en una casa armenia describía ayer la atmósfera en un barrio armenio de la capital de Azerbaiyán, donde reina el toque de queda nocturno.

Unas 500.000 personas, mayoritariamente jóvenes, se hallaban concentradas en la plaza de Lenin, en el centro de la ciudad, que había sido acordonada por tropas armadas de distintos cuerpos -infantería y paracaidistas, entre ellos- y tanques del Ejército soviético.

"Al pie de la estatua de Lenin, los manifestantes azerbayanos han colgado un gran retrato de colores del principal procesado por la matanza de Surngait, como si se tratara de un héroe", manifestó la fuente. Ajined Ajmedov, el principal acusado en el proceso contra los presuntos autores de la matanza, ocurrida el pasado febrero, fue condenado a muerte por el Tribunal Supremo de la URSS, en Moscú.

"Los manifestantes esgrimen banderas turcas y banderas de la República Independiente Azerí. Hay también muchas banderas soviéticas, pero en algunas de ellas la hoz y el martillo han sido reemplazadas por la media luna. No hay banderas iraníes ni fotos de Gueidar Aliev", dijo el viajero. La República Independiente Azerí existió entre 1918 y 1920, cuando fue conquistada por el Ejército Rojo para ser incorporada después a la Federación Transcaucásica.

"Se ha iniciado una campana para echar del trabajo a todos los armenios y judíos y para fundar una república étnicamente limpia. El aeropuerto está lleno de armenios que quieren abandonar la ciudad. La televisión ha dejado de transmitir programas en ruso y sólo emite en azerbaiyano", explicó la fuente.