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Mitterrand enfría las esperanzas españolas de nuevos avances en la cooperación anterrorista

El presidente de la República Francesa, François Mitterrand frustró ayer las esperanzas de la ministra portavoz del Gobierno español, Rosa Conde, que el miércoles había anunciado un posible "acuerdo muy importante" en materia de cooperación antiterrorista. "No tengo nada especial que anunciar" dijo Mitterrand en la conferencia de prensa conjunta con el presidente del Gobierno español, Felipe González, que clausuró la cumbre de Montpellier. Mitterrand reafirmó, no obstante, la "voluntad de luchar para que termine esta perturbación tan grave para la seguridad de nuestras dos democracias".

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Felipe González, hablando inmediatamente después, intentó salvar la situación al afirmar que "hay un principio elemental que consiste en no hacer precisiones sobre la estrategia de la lucha contra el terrorismo". El presidente agregó: "Estoy profundamente satisfecho por la cooperación mostrada por el presidente de la República en sus conversaciones conmigo y por sus muestras inequívocas de solidaridad".La portavoz Rosa Conde insistió privadamente en el deseo de González de transmitir su "satisfacción" por los resultados de las conversaciones sobre la lucha antiterrorista, aunque ninguna de las partes especificó más.

Al ser preguntado sobre las razones por las que la cúpula de ETA, que reside en Francia desde hace décadas, no es detenida, Mitterrand aseguró: "Si no los hemos detenido es porque no los hemos encontrado; los buscamos y haremos lo posible, en conexión estrecha con los servicios españoles, por detenerlos". El presidente francés, que no citó el terrorismo en su intervención inicial sobre los principales temas tratados en esta segunda cumbre hispano-francesa, afirmó: "En 1982 empezamos a organizar la cooperación antiterrorista y queremos que sea progresivamente más eficaz; personalmente, deseo que todos los sectores conexos con el terrorismo sean tratados y que haya una solidaridad total en este terreno, tanto en el campo de la investigación como en el de las sanciones".

Mitterrand consideró que la "legislación de una sociedad democrática es la mejor respuesta al problema del terrorismo". Tanto Mitterrand como González coincidieron, ante una pregunta que comparaba ETA y los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), en que "tenemos el mismo comportamiento frente a cualquiera que sea el nombre que se dé al terrorismo".

El presidente francés negó que la sociedad española estuviera obsesionada con el terrorismo: "Pensamos que la reacción española es lógica", dijo; "es un reflejo de legítima defensa". Por su parte, González lamentó que "algunos puedan justificar el uso de la violencia en una democracia" y se confesó "altamente preocupado" por el "fanatismo criminal de una banda terrorista como ETA", al hacer referenci al atentado de la noche del pasa do martes en Madrid.

Ancho europeo

En relación con el segundo gran tema que acaparó el interés de esta cumbre, González anunció: "En principio el Gobierno es favorable a la instalación del ancho europeo en toda la red ferroviaria española", y comentó que la decisión se tomará probablemente antes de fin de año. Sobre el contrato del tren de gran velocidad (TGV) repitió que hay "una cierta inclinación por una opción europea" y que serán datos técnicos, económicos e industriales los que exclusivamente determinarán la decisión. El presidente se mostró favorable a que el TGV llegue hasta Barcelona "si hay acuerdo con Francia en la extensión de la línea hasta la frontera".

[Por su parte, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, dijo ayer, durante una intervención en el programa Protagonistas, de la COPE, que firmaría sin dudar la compra de los trenes de alta velocidad a Francia, "si en el primer viaje que hicieran vinieran en sus vagones todos los miembros de ETA".]

La coordinación de las presidencias de la CE en 1989 fue el tercer gran bloque de cuestiones tratadas en la cumbre. Ambos países están de acuerdo en desarrollar la Europa social, en retrasar cualquier nueva ampliación de la CE hasta después de 1993 y en el tratamiento de las relaciones con América Latina.

La delegación española, compuesta por los ministros de Exteriores, Defensa, Cultura y la portavoz, así como por tres secretarios de Estado, regresó a España a primera hora de la tarde tras recorrer el barrio de Montpellier urbanizado por el arquitecto catalán Ricardo Bofill, y asistir a un almuerzo en el castillo de Grammont. La próxima cumbre hispano-francesa se celebrará proba blemente en Jaén en 1989.

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