La incógnita griega
El ministro griego de Asuntos Exteriores, Karolos Papoulias, no despejó la incógnita sobre las intenciones de su Gobierno, del que se rumorea insistentemente que podría reconocer al recién proclamado Estado palestino disociándose así de sus demás socios comunitarios. Paralelamente, y para atenuar el impacto de esta decisión, Atenas establecería relaciones diplomáticas plenas con Israel y enviaría un embajador a Tel Aviv.Preguntado en una conferencia de prensa sobre si descartaba el reconocimiento, Papoulias afirmó que "en la historia todo puede suceder" y reiteró hasta la saciedad que para el Gabinete encabezado por Andreas Papandreu las decisiones tomadas por la instancia palestina creaban "una nueva situación". "Cuarenta estados", prosiguió, "han reconocido la nueva situación, y no creo que ningún Gobierno europeo piense que esto plantea un problema".
Aunque no llegó a sugerirlo a sus homólogos, el jefe de la diplomacia griega se pronunció una vez más porque los titulares de Exteriores de los doce reciban conjuntamente al líder palestino, Yasir Arafat, tal y como hicieron hace tiempo con el rey Hussein de Jordania en Bonn. "Por mi parte, no tendría ningún inconveniente, ya que me he entrevistado con Arafat mano a mano en Túnez", afirmó Francisco Fernández Ordóñez.
El eventual reconocimiento de un Estado que carece de territorio por parte del país que ejerce la presidencia de la CE sí ha suscitado, en cambio, reacciones más bien críticas por parte de los demás miembros de la CE. Para fuentes diplomáticas británicas sería "contraproducente y rompería la solidaridad comunitaria". "Espero que no lo hagan", comentó Fernández Ordóñez, "porque nuestra fuerza es la unidad". Papoulias aprovechó para arremeter contra su homólogo israelí, Simón Peres, que ha remitido una misiva a los doce desaconsejándoles que acojan favorablemente la iniciativa palestina. "No estoy muy satisfecho con su contenido", dijo.
