Francia consideraría "políticamente inamistoso" que España no le concediese todo el contrato del tren veloz

Francia consideraría "una decisión política inamistosa" del Gobierno español el reparto del contrato del Tren de Gran Velocidad (TGV) Madrid-Sevilla entre la empresa gala Alsthom y la alemana occidental Siemens, señalaron ayer fuentes oficiales en París. Aunque no figura en el orden del día, este asunto será uno de los que tratarán sin duda el presidente del

Gobierno español, Felipe González, y el de la República Francesa, François Mitterrand, en la cumbre que se celebrará los próximos días 23 y 24 en Montpellier (Francia).El Consejo de Ministros español -cuya portavoz, Rosa Conde, negó conocer ayer el malestar francés- puede adoptar la decisión la próxima semana, tras el aplazamiento acordado el pasado 21 de octubre, aparentemente por razones técnicas. Las fuentes francesas justificaron la reacción anunciada, en caso de no conseguir la totalidad del contrato, por su convicción de que la oferta y la tecnología francesas "están mejor situadas" que las de la República Federal de Alemania (RFA). Francia concede a este contrato ferroviario tanta importancia que el propio presidente de la República, François Mitterrand, se ha hecho cargo personalmente del expediente.

La adjudicación del TGV Madrid-Sevilla es vital para Alsthom, después de una serie de fracasos de la empresa francesa en importantes contratos internacionales, pero la decisión significa también la primera victoria o la primera derrota en la carrera que mantienen Francia y la RFA para imponer su tecnología ferrovíaria de alta velocidad al resto de Europa.España se inclinó recientemente por la participación en el Avión de Combate Europeo, junto a la RFA, el Reino Unido e Italia, en lugar de asociarse con Francia en el desarrollo del caza Rafale.

El reparto del contrato entre Alsthom y Siemens significaría, según las hipótesis avanzadas, que la empresa francesa se quedaría con 24 ramas (trenes) y la alemana construiría 751ocomotoras. El importe se calcula en 40.000 millones de pesetas para cada una de las dos partes. Una tercera empresa aspirante, la japonesa Mitsubishi, parece estar prácticamente descartada.

El pasado 21 de octubre, el Consejo de Ministros aplazó la decisión porque, según la explicación oficial, había solicitado a Renfe un informe técnico sobre la viabilidad de adoptar el ancho de vía europeo.

En el estudio, enviado ya por Renfe al Ministerio de Transportes, la empresa ferroviaria ofrece tres alternativas sobre la repercusión en el Plan de Transporte Ferroviario (PTF) de la adopción del ancho de vía europeo. Si el ancho europeo se instala en toda la red (13.000 kilómetros), a los 2,1 billones del presupuesto del PTF habría que sumar otros 700.000 millones, pero Renfe sugiere también que se puede adoptar esa solución solamente en las líneas de gran velocidad.

En relación a la cumbre, las citadas fuentes expresaron el deseo de Francia de que las relaciones con España se eleven al rango de las que mantiene con la RFA. Un solo dato explica la importancia de las relaciones franco-germanas: Mitterrand y el canciller federal, Helmut Kohl, se han reunido más de 60 veces.Coordinación

En la cumbre de Montpellier participarán, entre otros, los ministros de Economía y de Cultura de ambos países, que no acudieron al seminario celebrado en León los pasados días 8 y 9 de octubre. La cultura y la investigación, así corno los problemas económicos, tendrán un tratamiento especial, con vistas a la coordinación de las presidencias española y francesa de la CE, que se sucederán durante el año próximo. En el terreno de la Europa social, Francia quiere tratar los aspectos concretos y alejarse del vago discurso general que ha caracterizado hasta ahora las conversaciones entre los miembros de la CE. El desarrollo de la formación profesional, la lucha contra el paro y la posibilidad de establecer un derecho laboral común, al menos entre los países más avanzados de la CE, figuran entre los temas económicos de la cumbre, así como los relativos a la Europa monetaria y financiera, especialmente los problemas de la armonización fiscal.

París planteará, como ya hizo en León, el proyecto de la Europa audiovisual, en el que Francia está muy interesada. En esencia, se trata de explorar las posibilidades de'colaboración entre los países de la CE en la coproducción televisiva y cinematográfica para hacer frente a la competencia norteamericana y japonesa.

Francia no presenta el proyecto como una opción proteccionista, sino como una cuestión de autonomía e independencia europeas, que no tendría nada que ver con la creación de nuevos organismos burocráticos de coordinación.

González y Mitterrand tratarán asimismo sobre desarme y sobre la proclamación del nuevo Estado palestino.