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Fracasa la operación policial para detener a dos "etarras" integrantes del 'comando Barcelona'

Dos presuntos miembros de ETA escapa,on ayer en Barcelona de una trampa que la policía había planeado minuciosamente para detenerles, después de que el pasado domingo agentes del cuerpo descubrieran por casualidad 133 kilos de amonal que la organización terrorista escondía en un piso de la ciudad. La policía ha establecido controles para detener a los presuntos terroristas, que ya han sido identificados por un vecino del inmueble. Los hechos demuestran que ETA ha reorganizado el comando Barcelona un año después de que fuesen detenidos los autores del atentado contra Hipercor. Fuentes del Ministerio del Interior calificaron la operación como "un éxito policial incompleto".

Las primeras investigaciones que condujeron a la localización del piso se iniciaron a raíz de las quejas formuladas por varios vecinos del inmueble, situado en el número 184 de la calle de la Sagrera, de Barcelona, en la misma zona en la que se encuentran los grandes almacenes Hipercor, en los cuales un comando de ETA mató a 21 personas en junio de 1987 en un atentado perpetrado con 25 kilos de amonal. Los inquilinos del edificio advirtieron la semana pasada un intenso olor a gas que provenía de uno de los dos apartamentos del primer piso, en el que además permanecía encendida siempre una luz.Tras avisar telefónicamente a la Guardia Urbana, agentes de este cuerpo y de los bomberos se personaron en el lugar, pero los inquilinos del piso les impidieron la entrada alegando que allí no ocurría nada. Como el olor a gas persistía, los vecinos celebraron en la noche del pasado día 10 una asamblea -a la que fueron invitados los etarras sin que éstos asistieran- para buscar una solución al problema. Según ha explicado uno de los vecinos, que no ha querido ser identificado, en la reunión se acordó volver a solicitar a la Guardia Urbana que entrara en el piso para acabar con el olor a gas.

El pasado domingo, varios agentes de policía entraron en el apartamento con una orden judicial y encontraron 133 kilos de amonal -explosivo habitualmente utilizado por ETA-, escondidos en el interior de unas cajas de leche.

El mismo inquilino ha explicado que algunos guardias urbanos que también intervinieron en la operación les explicaron, momentos después de inspeccionarse el piso, qué era lo que se había encontrado. Asimismo, los policías municipales, siempre según la misma fuente, les informaron de que podía tratarse de un comando de ETA. Esta filtración, ocurrida en la noche del domingo, pudo haber abortado desde un principio la operación.

A unos 100 metros del inmueble, la policía encontró un automóvil Seat 124, del que sospechó que podría pertenecer a los terroristas. Durante el lunes, agentes de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona establecieron un dispositivo de seguridad para detener a las personas que fueran a recoger los 133 kilos de amonal. Los agentes que formaban parte de la trampa preparada a los terroristas eran claramente reconocibles, según han explicado varios vecinos.

A las 6.30 horas de ayer, dos personas, una de las cuales ha sido descrita por un vecino como un joven de unos 28 años, de estatura media y con gafas, se dirigieron hacia el apartamento y subieron hasta el primer piso -situado encima de un entresuelo-. Una vez allí, según la versión oficial de los hechos facilitada por el Gobierno Civil de Barcelona, los dos presuntos terroristas percibieron la presencia policial "por algún detalle de seguridad que ellos mismos habían instalado".

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Las mismas fuentes han explicado que los presuntos elarras sacaron entonces sus armas y dispararon varias veces sobre los agentes. Los policías que, al parecer, nunca llegaron a ver de frente a sus agresores, realizaron varios disparos e iniciaron la persecución de los dos hombres, los cuales huyeron por la calle de la Sagrera.

El Ministerio del Interiordijo ayer sobre la fallida operación que "se sospechaba que los etarras no regresarían al piso y que, si lo hacían, sería más adelante".

"No es un fracaso".

Según las mismas fuentes, "no hay duda de que se trata de ETA Militar", aunque por el momento rehusaron dar nombres, porque, según afirmaron, .existen dudas sobre la identidad de los terroristas que esquivaron el cerco policial". Interior considera que la operación no fue un fracaso "ya que se ha impedido que la organización terrorista cometa nuevos atentados en Barcelona, ciudad en la que se sospechaba que estaba intentando restablecer su infraestructura".

La Jefatura Superior de Policía de Barcelona ha rehusado informar sobre el número de agentes que vigilaban el inmueble. Interior ha confirmado que en la calle no había policías para impedir una posible huida -tal y como ocurrió- ya que éstos podrían haber sido descubiertos por los terroristas.

Fuentes oficiales han explicado que el dispositivo que se instaló para detener a los terroristas "era muy discreto, debido a que los miembros de ETA conocen los métodos de actuación de la policía y hubieran percibido sin dificultad una presencia extraña en la calle a esas horas de la mañana."

Durante la persecución callejera, algunas personas se encontraron en medio del cruce de disparos, sin que se produjeran víctimas. Al parecer, los agentes, que estaban escondidos en el piso, fueron sorprendidos por los miembros de ETA y tardaron en reaccionar unos segundos, que los terroristas aprovecharon para huir.

Después de que fracasara la operación, la policía acordonó los alrededores de la calle del Pacífic, en la que se encontraba aparcado el vehículo sospechoso, e hizo explosionar el maletero del automóvil por si se trataba de una trampa.

A primera hora de la tarde de ayer, una vecina del inmueble reconoció a los ocupantes del piso en unas fotograrias que le enseñaron unos agentes. Aún así, la policía niega que los terroristas estén identificados. Según fuentes oficiales, el apartamento había sido alquilado hace aproximadamente un mes. Las personas que residían en la misma escalera creían que los terroristas eran estudiantes.

Intensa actividad

La presencia de dos presuntos miembros de ETA Militar en Barcelona y el hecho de que éstos ya tuvieran en la ciudad 133 kilos de explosivos almacenados en un piso franco demuestra que la organización terroristas ha articulado en la capital catalana un nuevo comando Barcelona un año después de que fueran detenidos los tres presuntos autores del atentado a Hipercor, en el que murieron 21 personas, víctimas de la explosión de 25 kilos de amonal.Un mes después de detener a Josefa Mercedes Ernaga, Domingo Troitiño y José Luis Gallástegui, los tres miembros del comando desarticulado en septiembre de 1987, ETA intentó volver a montar parte de su infraestructura en Barcelona. El 2 de octubre de 1987, la Guardia Civil detenía en esta ciudad a Begoña Zagarzazu, acusada de preparar la organización de un nuevo comando Barcelona. Desde entonces, la actividad de la organización terrorista en Cataluña había quedado paralizada.

Sólo a raíz de la inminencia de la liberación de Emiliano Revffia, la policía de Barcelona, al igual que la de otras capitales de provincia españolas, movilizó a sus agentes y estableció controles en diversas zonas de la ciudad.

Los expertos policiales en terrorismo sospechaban que ETA realizaría algún atentado espectacular coincidiendo con la liberación del industrial.

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