_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Superplán

Durante los seis meses que dure la presidencia española de la Comunidad Económica acudirán a Madrid, futura capital cultural de Europa, numerosos dirigentes de los países comunitarios. El Ministerio del Interior ha elaborado un superplán nacional para protegerles, en el que intervendrán 1.000 policías.Los dirigentes europeos van a sentirse muy seguros en Madrid, pero también muy agobiados. A los dirigentes europeos les interesa guardar el cuerpo, pero ya que vienen acá desearán conocer cómo viven los cultos capitalinos. Difícil propósito, pues forma parte del superplán que no lo conozcan en absoluto.

A los viajeros que llegan a Madrid por la autopista de Barajas les mendiga un rufián con bebé drogado en brazos, y ya sin parar, María de Molina abajo, en cada semáforo les asaltarán otros a lo mismo: energúmeno con garrota advirtiendo que acaba de salir de la cárcel, mandilería mugrienta abalanzándose a limpiar parabrisas.

De aquí en adelante, no importa ruta ni hora, circular por Madrid es sortear el acoso de pedigüeños que utilizan un amplio surtido de fórmulas mendicantes: pedir para gasolina, para llamar por teléfono, para coger el tren, para picarse; hacer la temblona junto a arpía paupérrima, mosconear la deprecación, asomar por la ventanilla amagando visajes asesinos.

A pie aún tiene más emoción, pues en cualquier sitio embisten agoniosos los que campan de golondro. Por Colón acosan escalonados, y si no reciben óbolo mientan a la madre. Menudea venta ambulante que consiste en dar la vara; clamistas a la cordobana le comen un lado al transeúnte mezclando lamentonas con amenazas, y no hace falta nocturnidad para que, por menos de un pitillo, tiren de filosa.

Naturalmente, el superplán procurará el desencuentro de la rufianería con los dirigentes europeos, para que no digan. Y mientras tanto, los del foro habrán de vivir sobresaltados, soportando insultos, temiendo navajazos. Extraña capitalidad cultural, con tanto golfo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_