Dubcek, doctor 'honoris causa' en Ciencias Políticas por la universidad de Bolonia
ENVIADO ESPECIAL, La universidad de Bolonia, la más antigua del mundo -acaba de celebrar solemnemente el noveno centenario de su fundación- otorgó en la mañana de ayer el doctorado honoris causa en Ciencias Políticas a Alexander Dubcek, el líder checoslovaco que en la primavera de 1968 intentó sin éxito anticipar en 20 años la perestroika que hoy predica el dirigente soviético Mijail Gorbachov.
Durante una ceremonia transmitida en directo por televisión y celebrada según el antiguo rito medieval, el rector de la universidad, Fabio Robersi Monaco, impuso al nuevo doctor el birrete doctoral; le entregó el libro La política, de Aristóteles, primero cerrado y después abierto; le puso en el dedo meñique de la mano derecha el anillo de oro que lleva impreso el sello de la universidad; le dio en las mejillas el doble beso de la paz y, por último, el abrazo y, en latín, la paterna mea benedizione.El por tantos años perseguido y olvidado líder de la primavera de Praga no pudo contener su emoción y se vio forzado antes de empezar a leer su discurso, a enjugarse las lágrimas. Durante una comida a la que asistieron las autoridades de la ciudad y de la universidad (con 66.000 alumnos), Dubcek, que sigue dudando si hablar o no con los periodistas, comentó que de repente se veía colmado de honores, "tras haber estado relegado durante tanto tiempo en la basura de la historia".
En su discurso, aplaudido sólo al final porque fue pronunciado en eslovaco, Dubcek, mezclando sabiamente poesía y realismo político, dejó bien claro tres puntos: que la perestroika de Gorbachov revela mejor que nada que su experiencia de 1968 sigue siendo válida y actual, y que él no se conforma con pasar a los libros de historia como testigo de una época pasada, sino que se siente protagonista del nuevo curso socialista; que el mundo occidental tiene una enorme responsabilidad en el olvido del "drama" actual de Checoslovaquia; y que sigue siendo mas que nunca necesario el intento de entonces de conjugar "democracia y socialismo" y que este último no puede ser sólo fruto de equilibrios meramente económicos, sino que tiene que poner a la globalidad del hombre como centro de su búsqueda.
Dubcek ha repetido a quienes han podido hablar con él como el presidente de la facultad de Ciencias Políticas, Guido Gambetta, que le trajo en coche desde Bratislava- que quiere volver a su patria, pues siente que allí debe estar en este momento.
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