Las mejores promociones
Hace varias temporadas que surgen excelentes promociones de novilleros, en número y calidad como quizá no haya precedente en toda la historia del toreo. Es el fruto de la labor que realizan las escuelas de tauromaquia, donde se enseña a los aspirantes la técnica del dominio de las reses bravas y todo el repertorio del arte de torear, sin detrimento de la personalidad de cada cual. Los profesores de las escuelas de tauromaquia, por lo general diestros retirados, no se limitan a impartir la teoría y tienen la generosidad de hacer llegar a los alumnos la sabiduría que adquirieron a costa de múltiples sinsabores.Los aspirantes a torero salen de las escuelas muy seleccionados, con todos los conocimientos básicos del oficio consolidados, llenos de ilusiones. Y lo lamentable es que han de entrar en un mundillo taurino que apenas hace aprecio de tales valores. El mundillo taurino está dominado por dos o tres grupos empresariales que estructuran a su acomodo el negocio, donde no hay cabida para la afición, ni para el romanticismo, ni para los intereses generales de la fiesta. Esos grupos empresariales juegan sobre seguro, y del magnífico plantel de novilleros que cada año engrosa el mercado, se limitan a escoger según dicte su conveniencia, si es que eligen a alguien.
La profesión de torero es muy difícil, por el cúmulo de factores aleatorios que confluyen en ella, y es cierto que novilleros prometedores pueden entrar en crisis poco después de iniciada su carrera. Pero es más frecuente el caso de los novilleros que se malogran por falta de oportunidades, o sencillamente por el mal trato que reciben de los empresarios. Juan Cuéllar, en quien empieza a hacer presa el desaliento pues no consigue obtener rentabilidad de sus repetidos triunfos en Las Ventas y otras plazas, es uno más entre los muchos novilleros que son víctimas de la injusticia y la frustración.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.