Para que Madrid progrese
El futuro urbanístico de Madrid está planificado, pero falta suelo. La remodelación de algunas zonas ocupadas por infraviviendas, realojando a sus moradores en otros lugares y en condiciones más dignas, permite liberar suelo urbano. Todos los partidos estaban de acuerdo con estas acciones y con recurrir a la ayuda de empresas particulares, afirma el autor. Quizá no hubo, admite, un buen entendimiento sobre cuál debía ser el modo, grado y tiempo de la colaboración de la iniciativa privada.
Desde el punto de vista de su urbanismo, lo que hace falta para que Madrid progrese es suelo, o al menos eso es lo que dicen las jóvenes parejas: que necesitan vivienda a precio asequible, y los empresarios a los que les hace falta suelo para poner oficinas e industrias y las familias que malviven en chabolas en nuestra ciudad. -Planificada ya está, y bien, esta ciudad desde que aprobamos el plan general de 1985. Las previsiones de los nuevos barrios, con sus parques, equipamientos y viario están ajustadas a lo que debe ser una ciudad más equilibrada, justa y habitable. Pero hace falta realizar eso que está previsto en el planeamiento. Para que Madrid progrese.
Si tenemos en cuenta cuál es el modelo de desarrollo especial del plan general, Madrid, antes de abrirse en su territorio, debe remodelar una cierta cantidad de bolsas dentro de la ciudad que están ocupadas en la actualidad por infraviviendas y chabolas. Su urbanización, después de realojar en viviendas dignas a las familias que habitan en ellas, va a proporcionar ese suelo que la ciudad está necesitando. Para que Madrid progrese.
Pero ese proceso es, además de traumático para muchas de las familias que hay que realojar y de los propietarios que hay que expropiar, complejo, largo y, sobre todo, costoso. Hace varios meses, cuando el Ayuntamiento acordó emprenderlo reorganizando 26 polígonos de expropiación, decidió también contar para esa tarea con la colaboración de la iniciativa privada. Para que Madrid progrese.
Desacuerdo
Quizá no hubo un buen entendimiento entre todos los grupos políticos del Ayuntamiento sobre cuál debía ser el modo, grado y tiempo de la colaboración de la iniciativa privada en ese proceso y, aun estando todos de acuerdo en la necesidad de acometer la mayor parte de las actuaciones urbanisticas que se proponían, no se logró concitar el apoyo de todos los grupos políticos a la realización de esas actuaciones precisamente por la forma en que debían ejecutarse.
El paso de este tiempo creo que ha servido para, conociendo ahora más datos del problema, lograr un mejor acuerdo sobre estas actuaciones urbanísticas. Ha sido preciso para ello aprobar en el pasado pleno municipal un documento presentado por el grupo del Centro Democrático y Social (CDS). Ha sido preciso también discutir antes un documento de estrategia presentado por el equipo de gobierno en el mes de septiembre. Ha sido preciso discutir antes también diferentes propuestas del grupo de Alianza Popular (AP) al pleno municipal.
Pero, sobre todo, ha sido preciso que los grupos políticos del PSOE y AP aprobaran el presupuesto de inversiones de urbanismo correspondientes a 1988, permitiendo con ello iniciar la reurbanización de 26 zonas de Madrid, completar la red viaria interior y de accesos a la ciudad, aumentar los equipamientos urbanos y, en definitiva, aplicar las inversiones que la ciudad precisa. Para que Madrid progrese.
Ejecución directa
Ahora, con mayores posibilidades presupuestarias derivadas de unos mayores ingresos en temas como el Campo de las Naciones y con la posibilidad de reorganizar la Gerencia Municipal -con lo que se dotará a ésta de mejores recursos para la gestión-, es posible poder ejecutar directamente aquellos polígonos de expropiación cuyo suelo resultante deba servir para aumentar el patrimonio municipal de suelo.
Con ello vamos a poder decidir entre todos los grupos políticos cuál es la mejor forma de gestión en cada caso en función del destino final del suelo y del mejor control del suelo público. Y, desde luego, tendiendo menos a que quede progresista y más a que sea progresista. Precisamente para que Madrid progrese.
es concejal delegado del Área de Urbanismo e Infraestructura.
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