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LA SUCESIÓN DE REAGAN

Todos los sondeos conducen al republicano Bush

Francisco G. Basterra

Todos los últimos sondeos -25 exactamente- sentencian que ya no cabe el milagro. El demócrata Michael Dukakis será, con casi toda probabilidad, derrotado hoy en las elecciones para la presidencia de EE UU por el republicano George Bush. Otra cosa sería una sorpresa histórica. Sólo se discute el margen de la victoria y la posibilidad. de que el candidato demócrata sufra una derrota digna, sin ser aplastado como lo fuera Walter Mondate por Reagan en 1984.

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Un mutuo desprecio

Los demócratas, basándose en el especial instinto de los norteamericanos para no conceder todo el poder a un solo partido, obtendrán sin embargo la consolación, muy importante, del Congreso. Continuarán dominando ambas Cámaras, con lo que podrán frustrar la iniciativa política de la Casa Blanca.Dukakis batalló ayer en las últimas 24 horas como un desesperado, sin dormir, volando de costa a costa, y pidiendo a los votantes que desestimen lo que dicen las encuestas. Pensaba acabar con un mitin en el centro del país, bien entrada la madrugada de hoy. Aquí se puede hacer campaña incluso el día de la elección y no hay jornada de reflexión.

Pero los números son consistentes y apabullan. Conceden a Bush una ventaja de entre 5 y 12 puntos. En el Colegio Electoral, según un sondeo masivo de 8.000 ciudadanos completado durante el fin de semana por el periódico The Washington Post y la cadena de televisión ABC, el vicepresidente contaría ya con 303 votos prácticamente asegurados en el Colegio Electoral. Se necesitan 270 para ganar. Está en cabeza en 33 Estados. Por el contrario, Dukakis sólo tiene una ventaja confirmada en seis Estados y el distrito de Columbia, sede de la capital federal, Washington, sumando 74 votos electorales.

El fantasma de Reagan

Los republicanos barrerán el Sur -la campaña de Dukakis ya da por perdido Tejas-, los Estados de la llanura central y las Rocosas. Bush tiene también ventaja, aunque pequeña, en varios Estados industriales claves del norte y el Medio Oeste. Y el gigante de Califomia se mantiene en duda. Pero aunque el gobernador de Massachusetts ganara toda la costa Oeste, más su base del noreste y algún Estado industrial como Illinois y Pensilvania, aún se quedaría corto de los 270 votos electorales.

Dukakis chocará hoy con Ronald Reagan más que con Bush. Nueve de cada 10 votantes que aprueban al actual presidente se irán con los republicanos.

Bush tiene, además, una ventaja de 100 puntos sobre su rival entre el electorado joven y la generación de los 40 y está a la par con las mujeres. Y Dukakis sólo ha conseguido, gracias a su sprint final basado en el populismo económico, captar a un 50%. de los llamados demócratas de Reagan. Este electorado, conservador en temas sociales y de política exterior y defensa, ya no se identifica con su propio partido.

Los dos candidatos quemaron anoche sus últimos cartuchos con 30 minutos cada uno de televisión pagada, en las tres grandes cadenas a la hora punta. Gracias a una inversión de millones de dólares detuvieron la programación de las series favoritas, pero tanto Bush como Dukakis han hartado, con una campaña muy poco edificante y con su falta de carisma, a los norteamericanos que ya parecen resignados a un tercer mandato de Reagan a través de Bush. Un suspiro de alivio saludará hoy el final del proceso.

El presidente realizó ayer, en su feudo de Califomia, la última aparición electoral de su vida política apoyando a Bush. Y fue saludado con un cartel en el que se leía: "Reagan para Papa". "No soy católico", tuvo que contestar el presidente.

Dukakis también estaba en Tejas al mismo tiempo, en la zona del Río Grande, donde como si se tratara de un presagio fué presentado como "nuestro tierno arnigo" de la "mirada triste y la sonrisa gentil". El gobernador de Massachusetts, decidido a por lo menos caer con gloria, exprimió ayer las últimas horas agarrándose al clavo ardiendo del senador Dan Quayle, el candidato republicano a la vicepresidencia. Todos los sondeos coinciden en que los votantes ven muy negativamente a este joven vacío elegido por Bush por su telegenia.

Dukakis ha lanzado en los últimos dos días nuevos anuncios ridiculizando a Quayle y ayer repitió por todo el país que la idea del senador por Indiana en la presidencia, si le ocurriera algo a Bush, "pone los pelos de punta".

Bush, que no ha dejado nada al azar, volvió ayer a Estados claves industriales donde su ventaja es reducida. Y concluyó la campaña en Houston (Tejas), donde votará hoy y esperará los resultados.

En las últimas horas el vicepresidente, que aparece confiado aunque fisicamente deshecho, aprovechó el reciente anuncio sobre la suspensión de la retirada soviética de Afganistán para denunciar la "ingenuidad" de Dukakis en política exterior ydecir que no es el momento de colocar la defensa de Estados Unidos en manos del "gobernador liberal" sin experiencia alguna en cuestiones de seguridad nacional.

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