Un mutuo desprecio

F. G. B. George Bush y Michael Dukakis concluyen la campaña profesándose un mutuo desprecio e intercambiando basura y acusaciones personales. "No le tengo en absoluto respeto después de una campaña llena de distorsiones y mentiras", declaró el domingo el candidato demócrata en una entrevista. Todo comenzó en la "estúpida convención demócrata de Atlanta" que se dedicó, durante tres días, a mofarse del vicepresidente, al que se pintó como un "pelele", responde Bush.

El candidato republicano acusó ayer de "llorica" a su rival, por no aguantar los ataques y su continua queja por el tono negativo ole la campaña. Utilizando una famosa frase de Truman, Bush le recomendó a Dukakis que "si no puede aguantar el fuego que salga de la cocina". Anteriormente, el vicepresidente ha ridiculizado a Dukakis, le ha calificado de antipatriota, extremista de izquierdas y ha sugerido que sus ideas económicas son "socialistas".

"Dukakis no comprende lo que es crear empleos, nunca se ha enfrentado a una nómina ni ha trabajado en el sector privado", dijo ayer Bush. El gobernador de Massachusetts describe a su rival como a un niño de papá, sin convicciones, que quiere hacer regalos fiscales a los ricos y sólo es el candidato de los privilegiados. Y Bush contrataca diciendo que Dukakis está "atizando la lucha de clases". Y esto, añade, está bien para los europeos, pero en América no hay sitio para este concepto.

El vicepresidente "no se entera", dice Dukakis. "Yo soy un producto de las escuelas públicas como lo son mis hijos. He trabajado en la construcción y me he pagado parte de mis estudios". Bush se ha educado en colegios privados, pero Dukakis pertenece a una familia de clase media acomodada, su padre era médico en Boston, y estudió en otra universidad elitista, Harvard. Bush se graduó en Económicas por Yale.

Bush está convencido de que, a pesar de la campaña más sucia de los últimos tiempos, podrá curar las heridas y unir al país tras su presidencia. Algunos han sugerido que debería acudir a Boston, tras la elección, para hacer las paces con su rival.